jueves, 28 de mayo de 2015
Cine de esta semana
27/05/15
"Terremoto:
La falla de San Andrés": Un desastre
Crítica: Regular.Todo se derrumba
delante de los anteojos 3D: edificios, credibilidad, el guión, las actuaciones.
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por Pablo O. Scholz
¿Qué puede haber peor que un
terremoto? Dos. ¿Quieren más? Súmenle un tsunami.
Es que en Terremoto: La
falla de San Andrés pareciera que todo tiene que ser grandilocuente y a la
énesima potencia. Como Ray, el protagonista, encarnado por Dwayne Johnson, cada
vez más grande (de físico).
Ray, que hoy es padre de
adolescente linda, próximo a ser ex marido y piloto de helicóptero de bomberos,
antes fue rescatista en Afganistán. No se sabe cuál de todos los motivos lo
vuelven más heroico.
El asunto es que mientras un
sismólogo (Paul Giamatti) está feliz porque está próximo a poder prevenir
movimientos sísmicos, la alegría le dura bien poco, porque la falla de San
Andrés, en la costa Oeste de los Estados Unidos, se activa y produce un
terremoto. Ya dijimos, habrá dos, y un tsunami, por si el espectador
desprevenido se perdió algo, o salió a rellenar el balde de pochoclo, o al
baño. Siempre una catástrofe habrá en pantalla.
Como la familia de Ray, a
quien le llega la carta de pedido de divorcio y en pocos minutos se entera de
que su (ex) mujer se mudará con ricachón metido en el negocio de un edificio
moderno y alto en San Francisco -los guionistas aprovechan todo- y con ella se
mudará su hija Blake.
La Naturaleza es sabia, dicen,
pero ocasionar la muerte de centenares de miles para que la familia vuelva a
estar junta, tal vez, puede ser demasiado.
Al margen de que los edificios
vayan cayendo de a uno en vez, y no todos juntos -la peli dura casi dos horas,
hay que amortizar los costos de efectos digitales-, por ejemplo, ¿nadie
cuestiona a Ray que, siendo un bombero en actividad, tome un helicóptero por su
cuenta y se mande a rescatar en misión personal a su hija, en vez de ponerse a
las órdenes de sus superiores en medio de semejante catástrofe?
Ok, Blake (Alexandra Daddario,
de True Detective) alegra con su presencia la pantalla.
En una escena el letrero de
Hollywood se desarma. ¿Premononición? Nah: la película no hará sucumbir a la
Meca del cine occidental. En este cine de realismo cero, con Kylie Minogue en
un cameo, como una de las víctimas, tanto del terremoto como de la película,
¿nadie le dijo a Emma -Carla Gugino- que se saque los zapatos de taco para
correr entre escombros -y ¡arriba!- de una torre que se viene abajo?
En fin, que nadie es tan
literal y previsible, porque cuando el sismólogo dice a cámara “No puedo hacer
suficiente énfasis... Tienen que irse. Ahora”, no le hacemos caso y no
abandonamos la sala.
"Terremoto: La falla de
San Andrés"
Regular
Catástrofe. EE.UU., 2015.
109’, SAM 13R. De Brad Peyton. Con Dwayne Johnson, Carla Gugino, Alexandra
Daddario. Salas: Hoyts Abasto, Belgrano
27/05/15
"Camino
a Estambul": Un debut desde el alma
Crítica: Muy buena.El actor
dirige y prota goniza este drama sobre un padre que busca a sus hijos tras la
batalla de Gallipoli.
Con los pies en el agua. Crowe
se basó en un increible hecho real. FOTO: ALFA FILMS
Tags
por Pablo O. Scholz
Un auspicioso debut detrás de
las cámaras ha tenido Russell Crowe con Camino a Estambul. No es estrictamente
una película de guerra, aunque incluye escenas de combate. Tampoco un filme
romántico, aunque los personajes, el suyo como intérprete, ofrezcan sus
momentos románticos contenidos. Mejor digamos que Camino a Estambul es un
drama, profundo, en el que la futilidad de la guerra y las razones del corazón
están interconectadas, y en muy buen balance.
El actor de Gladiador y El
informante es Joshua Connor, un australiano padre de tres hijos que combatieron
en la sangrienta batalla de Gallipoli, en tierras turcas, durante la Primera
Guerra Mundial. Cuatro años después, en 1919, le jura a su esposa que irá y
traerá de regreso los cadáveres de sus hijos, al menos para que descansen bajo
tierra en la granja que mantienen.
Basado en hechos reales, el
título original (El adivinador de agua) encierra su poesía. Joshua tiene un don
para encontrar pozos de agua en la árida Australia, y así cuando llegue adonde
se desarrollaron las acciones bélicas, confiará en que podrá encontrar el lugar
donde se encuentran enterrados los cuerpos de sus jóvenes hijos. Con algo de
misticismo entre tanto dolor, Crowe jamás recarga las tintas en lo extraño de
la situación, pero tampoco en la fiereza de las escenas bélicas, que sí son
sumamente intensas en los flashbacks.
Para esto, Crowe como director
enfrenta a turcos y británicos en un suelo donde los resquemores se mantienen y
la invasión de los griegos es inminente y, por si fuera poco, también se atreve
a afrontar el tema del lugar que la mujer ocupa en esa sociedad. Para ello,
Olga Kurylenko encarna a Ayshe, la viuda y dueña de un hotel en Estambul donde
descansa el protagonista: es la subtrama que airea un tanto el drama
existencial de Connor.
Hay, si se quiere ver, algo de
Rescatando al soldado Ryan en la búsqueda desesperada, y muchos obstáculos que
debe saltar, primero para poder llegar a Gallipoli, y luego para que lo dejen
encontrar lo que busca. Y entre nacionalidades diferentes, algo enlaza las
almas. Un oficial turco -que ordenó la matanza de miles de australianos allí-
es quien ayuda a Connor. Tiene un sencilla razón: “Es el único padre que ha
venido a buscar a sus hijos”.
Con una bellísima fotografía
que emparenta los paisajes de Australia y Turquía, con mucha luz natural y
ambientes abiertos, Crowe sabe imponer la tensión en momentos claves, sea que
se enfrenten los personajes con las armas o con las palabras.
El reparto incluye, además de
un gran trabajo del turco Yilmaz Erdogan como el mayor, a un niño (Dylan
Georgiades) como el hijo de la viuda, con quien Connor entabla cierta relación.
Es que Crowe sabe saltear las fronteras y las políticas y entregar un muy buen
alegato en contra de la guerra y a favor de la solidaridad, en busca de la paz
interior.
"Camino a
Estambul"
Muy buena
Drama.
Australia/EE.UU./Turquía, 2014. 111’, SAM 13 R. De y con Russell Crowe. Salas:
Cinemark Palermo, Hoyts Unicenter, Showcase Norcenter
27/05/15
"Zonda,
folclore argentino": Un mapa musical
Crítica: Regular.Geografía
arbitraria del folclore norteño, flaco en personalidad pese a una cuidada
selección y puesta.
Soledad Pastorutti. Canta
“Añoranzas”, el himno santiagueño.
Tags
por Horacio Bilbao
@cordobe
El español Carlos Saura ha
dicho que su documental Zonda, folclore argentino es un musical en estado puro.
Quizá sea su manera de amortiguar el contraste que siempre produce el folclore,
en este caso pura expresión popular del norte argentino, escenificado en
estudio, lejos de su estado natural. Claro que el peso específico de los
músicos elegidos ya le da un valor propio a la película, pero no pasa de ser un
recorrido personal de una expresión inabarcable para el cine, una experiencia
colectiva llevada al terreno individual.
El recorrido arranca con un
escenario vacío y una definición de Zonda, el viento caliente que asola la
región del noroeste argentino. La zamba, la vidala, la chacarera, el malambo,
la copla y el chamamé van poblando ese escenario, con grandes figuras, voces
profundas, instrumentistas consagrados y danzas contagiosas, que el mismo Saura
eligió. ¿Quién puede criticar un recorrido personal?
Teatro de sombras que van
ganando nitidez, mensajes ocultos en las canciones, ensayos, la recreación de
una peña cuyana, y homenajes a dos gigantes como Mercedes Sosa, nostalgia en un
aula de primaria, y Atahualpa Yupanqui, crítica social de su guitarra zurda.
Saura, que ya hizo Flamenco,
Fados, Tangos, tiene su matriz para la música, con altos y bajos, con
literalidad excesiva, con un malambo exquisito o con la chacarera sorprendente
de Lito Vitale.
Juntos los músicos, como en la
propaganda de una popular marca de vinos, con otros decorados, imágenes
históricas, sombras, bailes y pulcritud que exaspera desde la coreografía. No
hay Zonda ni polvareda, sí virtuosismo bien aprovechado, y algunos climas, que
se pierden en el encadenado de un género con el otro, de un guión sin otra
historia que la del director.
"Zonda, folclore
argentino"
Regular
Musical. Argentina/España,
2015. ATP, 87’. De Carlos Saura. Con Peteco Carabajal, Soledad. Salas:
Monumental, V. Recoleta
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