jueves, 29 de enero de 2015

Cine en Vacaciones

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Cine

29/01/15

Soy fuerte y puedo resistir

“Inquebrantable”, de Angelina Jolie.El filme basado en la vida de un atleta olímpico tiene mejor las escenas de acción que las dramáticas.

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Angelina Jolie,

Crítica,

Inquebrantable

por Pablo O. Scholz

Todo está en los títulos, apenas arrancado el filme. "Inquebrantable", dice. Y agrega "Esto es un historia real": ya sabemos entonces que al protagonista será difícil quebrarlo, y si está basado en un caso verídico, el heroísmo estará a prueba de balas.

Y de torturas. Y de tiburones. Y de japoneses.

Inquebrantable narra la vida de Louis Zamperini, hijo de inmigrantes italianos, atleta olímpico, bombardero en la Segunda Guerra Mundial, a quien, según nos cuenta Angelina Jolie en su rol de directora, su hermano mayor Pete lo salva de un futuro nefasto. Es que Louis era entre pícaro y delincuente, pero su hermano lo anota en el equipo de atletismo del colegio. Y de ahí a las Olimpíadas y a pelear en la Segunda Guerra Mundial hay un paso. O dos tomas.

Lo que sigue es el relato de las penurias del templado Louis, primero sobreviviendo en una balsa tras sufrir un accidente con su avión, en medio del océano, y luego la captura de las fuerzas niponas.

Mejor le iba en la balsa.

Aquí los buenos son buenísimos y los malos, malísimos. Pero no hay comparación entre los niños estadounidenses que le pegan de chico y le dicen "sucio" y "comepasta" con el cabo Watanabe. Y si fuera cierto que "Un momento de dolor vale una vida de gloria", como lo despide Pete antes de participar en los Juegos Olímpicos de Berlín, Zamperini sería como un gato por la cantidad de vidas. O tres, o mejor, cuatro.

Otra frase que le acuña Pete, también combatiente, y que Louie atesora en su cerebro es "Si puedo aguantar, puedo ganar". Pero más que un libro de autoayuda, Inquebrantable es una historia de superación, de supervivencia, y también es una película de guerra. Pero como en dos estrenos recientes, Corazones de hierro y Francotirador, la mirada nunca está puesta en la sinrazón de la guerra. No importa cómo comenzó, por qué pelean ni nada de eso. Hay que eliminar al enemigo.

La cuestión, sí, es cómo.

Causa extrañeza cómo Jolie que es embajadora humanitaria de las Naciones Unidas, muestra tanta brutalidad -la película es decididamente fuerte-. También es una incógnita cómo trabajaron en el guión a ¿ocho manos? los hermanos Joel y Ethan Coen con Richard LaGravanese (Los puentes de Madison) y William Nicholson (Gladiador y Los Miserables) .

Lo cierto es que Jolie le pone más garra a las escenas de acción que a las dramáticas, que tienen sus clisés. Mientras Jack O'Connell le presta su físico a su en más de un sentido torturado personaje, la fotografía de Roger Deakins es de lo mejor que ha hecho el asiduo iluminador de los Coen, que alcanza su docena de nominaciones al Oscar con este filme, con el que probablemente ganará el 22 de febrero.

CALIFICACION

Buena

POR QUE SI

Pese a las muchas penurias y el exacerbado patriotismo del protagonista, el filme se sigue con tensión.

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29/01/15

Niño redime a hombre grande

“St. Vincent”, de Theodore Melfi.

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Crítica,

Theodore Melfi,

“St. Vincent”

por Pablo O. Scholz

"Comeremos sushi", casi le escupe el viejo y gastado Vincent a Oliver, el niño al que cuida cual baby sitter. Y le sirve... sardinas.

St Vincent" es el tipo de película en la que en vez de que el adulto enseñe al niño ingenuo, es el viejo cascarrabias quien termina reseteado (o redimido) por el chico inocente.

Sí, el mundo al revés. Y sí, ya lo vimos en Up. Y en otras cuántas más.

Los personajes del filme, salvo el niño, todos tienen imperfecciones, pero tratan de mejorar su situación. Vincent, además de estar peleado con todo el mundo, ser roñoso y egoísta, es alcohólico y burrero. Daka es una prostituta rusa -embarazada- a la que Vincent atiende (es una manera de decir) y a la que Naomi Watts le pone carne de verdad. Y Maggie, la vecina recién llegada y madre separada de Oliver (Melissa McCarthy, humana y creíble hasta cuando debe ser graciosa) desatiende a su hijo, pero porque debe trabajar a desgano en el hospital, para que el padre no le arrebate la custodia.

Por supuesto que Vincent tiene sus secretos, que el filme irá revelando de a poco.

El director y guionista Theodore Melfi apuesta así a intercambiar los roles de las actrices, con McCarthy (Damas en guerra) alejándose de la comedia usual, y Watts descansando de los roles dramáticos a que nos tiene acostumbrados.

Pero el verdadero gol de media cancha es el encuentro entre Murray y el pequeño Jaeden Lieberther. Si el intérprete de Hechizo del tiempo, cuando está solo en la pantalla, atrae, lo que se genera cuando comparte escena con el niño se potencia.

Pueden ver juntos a Abbott y Costello, apostar a los caballos en el hipódromo, mentir, divertirse o enojarse, pero eso que se construye entre Vincent y el niño es más que una relación paterno/filial. Ah, quédense durante los títulos finales. Murray escucha su walkman (!) y canta a capella Shelter from the Storm, de Bob Dylan. Pero ni eso convenció a los de la Academia de Hollywood para candidatearlo.

CALIFICACION

Muy buena

POR QUE SI

Se extrañaba una película hecha exclusivamente para Murray. No se pierdan los créditos del final.

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28/01/15

Yernos de todos los colores

“Dios mío, ¿qué hemos hecho?”, de Philippe de Chauveron.

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Crítica,

Philippe De Chauveron,

¿Qué Hemos Hecho?”

por Gaspar Zimerman

A partir de los atentados ocurridos hace tres semanas en Francia, mucho se viene hablando de la multiculturalidad de ese país, que en las últimas cinco décadas recibió una fuerte corriente inmigratoria proveniente de sus ex colonias africanas y asiáticas y cuenta, por ejemplo, con una población de cinco millones de musulmanes. Al director Philippe de Chauveron le llamó la atención un dato vinculado lateralmente a este tema: Francia es el país con más casamientos mixtos en el mundo (el 20% del total). Ese fue el disparador de Dios mío, ¿qué hemos hecho?, que intenta mostrar, con humor, el choque de culturas. Un matrimonio rico, católico y gaullista -encarnación de la vieja Francia- ve con horror cómo tres de sus cuatro hijas se casan sucesivamente con franceses de origen árabe, judío y chino. Y todavía le falta enterarse de la sorpresa que le reserva la menor.

La película -por lejos, la más taquillera del año pasado en Francia- da la sensación de oportunidad desaprovechada: a De Chauveron le faltaron unas cuantas dosis de audacia y provocación como para tirar más de la cuerda y llevar el planteo al extremo. Si al principio da la impresión de tratarse de una comedia urticante, incómoda, enseguida todo se torna edulcorado y políticamente correcto. Las de-savenencias raciales desaparecen y aparecen conflictos menores, que se apartan de la interesante premisa inicial y se acercan a los de cualquier comedia romántica del montón.

Hay cantidad de chistes infantiles y redundantes. Los momentos más logrados están en el contrapunto ente el padre (Christian Clavier, un prócer de la comedia francesa) y su futuro consuegro (el congoleño Pascal N'Zonzi, toda una revelación). Ellos son los que mejor exponen los prejuicios que existen entre los diferentes grupos étnicos, y muestran que el racismo no es patrimonio de ningún color o religión en particular.

CALIFICACION

Regular

POR QUE NO

Es demasiado políticamente correcta y está plagada de chistes infantiles.

jueves, 22 de enero de 2015

CINE Muy Bueno

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Cine

22/01/15

"Whiplash": Sangre, sudor y lágrimas

Crítica: Excelente.El filme no suelta al espectador desde su embriagadora primera escena hasta el desenlace.

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Discípulo y maestro. Miles Teller y J. K. Simmons, a pleno duelo en la candidata al Oscar. FOTO: SONY PICTURES

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Pablo O. Scholz

La transpiración cae sobre el platillo de la batería. Son una, dos gotas. Luego son de sangre. ¿Cuánto es capaz de entregar uno por alcanzar un logro? ¿La excelencia demanda tantos sacrificios?

El esquema de la película es simple. Andrew, el protagonista, tiene una ambición: ser, sino el mejor, uno de los mejores bateristas de jazz. Está en un conservatorio de elite en Nueva York, y sabe que la única manera de triunfar es siendo seleccionado por el profesor Terence Fletcher (J.K. Simmons), para que integre su orquesta. Fletcher podría encontrar en Andrew un espejo en el que mirarse. Como un Salieri y un Mozart.

Pero es tan soberbio y tiránico que cuesta descubrir un gesto de humanidad en él. Y si los demuestra, de inmediato salta como un animal hambriento. Sediento de encontrar la perfección en sus alumnos, a los que humilla.

Andrew no tiene madre, pero sí padre con relación fluctuante, casi como la que establece con su nueva novia. La película parece decirnos que si nos enfocamos en una pasión, no podemos abrirnos a otra. O mejor: que si hacemos eso, los riesgos que se corren son muchos.

Pero Andrew está tan obsesionado con alcanzar la perfección como Fletcher lo está porque su discípulo logre y le dé, con los palillos, su tempo. Fletcher es el sargento Hartman en Nacido para matar. Trata a sus estudiantes (que no se atreven a mirarlo a los ojos) como si fueran una lacra. En verdad, los exprime para sacar lo mejor de ellos -dirá-, pero el duelo entre profesor y estudiante tendrá chispas. Será electrificante, y eso que el instrumento no está conectado a 220.

Damien Chazelle -tenía 29 años cuando la dirigió- sabe de lo que habla, porque él toca la batería, él ama el jazz y a él le pasó algo similar a lo que cuenta su película. Tal vez sea simplista al encapsular la trama en ese enfrentamiento, y quizá hubiera devastado -más- al espectador si fundía a negro 10 minutos antes de que terminara la película... Pero nos perderíamos la fiereza de ese final.

Y es que Whiplash es como un sándwich de jamón crudo, pero con dos fetas conteniendo una rebanada de pan: lo mejor está en la secuencia de presentación y en el tenso final.

Chazelle sabe darle el ritmo exacto a la película, pintar con iluminación azulada o rojiza la imagen y cuándo utilizar -o no- la cámara en mano.

La película tiene puntos de contacto con otras candidatas al Oscar, comoBirdman y Francotirador. Las tres tratan sobre hombres obsesionados que viven egocéntricamente lo que sienten que deben hacer, y no entienden los afectos cercanos, de sus seres más queridos.

No cualquiera podía ser Andrew. Miles Teller, además de actor, es baterista. Pero Whiplash: Música y obsesión no es un filme para iniciados, o sólo para músicos, aunque es probable que no sea disfrutada de igual modo entre quienes tocan un instrumento y los que lo hacen de oído. Y J.K. Simmons, seguro ganador del Oscar al actor de reparto, se adueña de las miradas con su tensión, no sólo con sus gritos. Estar ante él es como subir a una montaña rusa sin bajar la barra de seguridad del carrito.

Una de las citas del filme es “Si no tenés talento, terminás tocando rock”. Polémica, sí, como por momentos es esta embriagadora película.

Whiplash: Música y obsesión

Excelente

Drama. EE.UU, 2014. 106’, SAM 13. De Damien Chazelle. Con Miles Teller, J. K. Simmons. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo

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Cine

22/01/15

"Francotirador": Héroe, y no accidental

Crítica: Muy buena.Dirigida por Clint Eastwood, controvertida y polémica, la historia verdadera del soldado Chris Kyle crispa los nervios durante más de dos horas.

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En la mira. Bradley Cooper es candidato al Oscar, igual que el filme. FOTO: WARNER

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Pablo O. Scholz

Las películas de guerra no son todas iguales. No es lo mismoCorazones de hierro que Francotirador, por más que sus personajes, encarnados por los carilindos Brad Pitt y Bradley Cooper, respectivamente, sean heroicos hasta más allá de la cordura.

La diferencia la marca no sólo la trama, sino el entramado. La manera en que se muestra cómo actúan ante determinadas situaciones los protagonistas.

Francotirador arranca con Chris Kyle (Cooper) apostado en la terraza de un edificio de un pueblo en Irak. Tiene en la mira de su arma a una madre y a su pequeño hijo. Ve que la mujer esconde una granada. Se acercan marines, y si ella -o su hijito- la lanzan, serán varios los soldados que mueran.

¿Qué hacer? La conciencia de Kyle es sobre lo que Clint Eastwood trabajará a lo largo de dos horas en la película.

La ira, el dolor y el temor pueden enturbiar aún los ojos más claros. La mirada de Bradley Cooper, que interpreta al francotirador de la vida real del título, lo transmite. Cuánto es obra del actor y cuánto habrá trabajado Eastwood sólo lo sabrán ellos, pero el efecto que llega a la platea es demoledor.

Kyle es, para Eastwood y millones de estadounidenses, un héroe. Ese sustantivo ya genera polémica, porque lo que convirtió al SEAL en leyenda fue anotarse más de 160 bajas en sus cuatro excursiones por Irak, evitando que los llamémosle insurgentes, sean hombres, mujeres o niños, dispararan misiles, lanzaran granadas o simplemente apretaran el gatillo contra marines.

Y Kyle es el tipo de hombre que no puede sacarse la guerra de su cabeza. Un poco como el sargento William James en Vivir al límite, de Kathryn Bigelow. En eso coinciden ambos títulos, pero no los realizadores, ya que Bigelow fue más allá con La noche más oscuraplanteando las cosas con menos banderita flameando.

Volviendo a Francotirador, hay un quiebre en el relato, cuando el asunto para Kyle se vuelve casi personal, más que patriótico. La tensión es altísima, por lo que percibimos que Eastwood volvió en su mejor forma. Y eso que tiene 84 años.

La película va y viene entre el frente y el hogar de Kyle, donde Taya (Sienna Miller) lo espera y desespera. “Estás, pero no estás acá”, le farfulla. Kyle, dice Eastwood, no se vanagloria de sus asesinatos, sino que vive lamentando las vidas que no logró salvar.

Hay un tema que sigue siendo recurrente en la filmografía última de Eastwood, que es cómo aborda la suerte de menores, sean abusados, maltratados, torturados o estén en la mira telescópica. Desde Río Místico el asunto está presente, y claro, moviliza al espectador.

Francotirador es inobjetable desde cómo está realizada, y técnicamente (obviemos el bebé de plástico en los brazos de Kyle) es irreprochable. La controversia se abre desde lo ideológico. Y allí cada uno sabe qué opinar.

Francotirador

Muy buena

Drama bélico. EE.UU., 2014. 132’ SAM 16. De Clint Eastwood. Con Bradley Cooper, Sienna Miller. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo

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Cine

22/01/15

"Mortdecai": Bienvenidos al festival Depp

Crítica: Buena.Pese a su bigote, Depp es hilarante. La película es una fiesta para los que lo quieren.

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Rico. Pero en bancarrota. FOTO: ALFA FILMS

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Pablo O. Scholz

Que los antecedentes no cuentan es tan cierto como que lo que uno hizo -y estamos hablando de cine- fundamenta lo que hará a futuro.

David Koepp, que supo vivir en Mar del Plata, director de esta delirante comedia de acción, con más humor que acción, escribió los guiones de la primera Jurassic Park, la primera El Hombre Araña, la primeraMisión: Imposible. Como realizador, ya había dirigido a Johnny Depp en su adaptación de la novela de Stephen King La ventana secreta. A excepción de El diario, el filme de Ron Howard, casi no había probado con la comedia.

Y en Mortdecai: El artista del engaño el disparate es tal que por momentos el protagonista, con los tics de Johnny Depp, parece surgido de Todo x 2 pesos.

Depp interpreta -es una manera de decir, porque se bambolea, hace caritas y camina como si fuera un dibujo animado de Looney Tunes- a un egocéntrico millonario en bancarrota, que se dedica a traficar obras de arte. Desaparece un Goya y, acuciado por la deuda al fisco británico, transa con un agente del MI5 (Ewan McGregor): buscará ese lienzo, detrás del cual se develaría dónde se esconde una fortuna nazi.

Mortdecai va y viaja, cual un Bond que patina. Empieza en Hong Kong, sigue por Londres, pasa por Moscú y Los Angeles. Tiene un asistente (Paul Bettany), como si fueran el inspector Clouseau y Cato. Se enfrenta a viles de distintas nacionalidades, terroristas y, tal vez lo peor, a un distanciamiento con su amada esposa (Gwyneth Paltrow). Así y todo, debe encontrar la pintura.

Los comentarios previos al filme -no hay ni una crítica publicada: la Argentina es de los primeros países en estrenarla- eran tan peyorativos que tal vez por eso, esperando lo peor, uno se encuentra con un filme desparejo en su humor, pero regocijante en su estilo, entretenido y con algunos gags muy bien logrados.

Que es un festival Depp, de eso no hay duda. En La ventana secretaDepp no parecía Depp como ese escritor atribulado. Aquí Koepp lo dejó crear a sus anchas. Podemos ver a Jack Sparrow, de Piratas del Caribe, a Willy Wonka, a Ed Wood.

Todos los Depp, como en una mesa de saldos, en versión satírica, en una sola película. Es una ganga.

Mortdecai: El artista del engaño

Buena

Comedia/acción. EE.UU., 2015. 106’, SAM 13 De David Koepp. Con: Johnny Depp, Gwyneth Paltrow,Paul Bettany, Ewan McGregor. Salas: Abasto, Cinemark Palermo

martes, 20 de enero de 2015

Bradley Cooper: la tercera, ¿será la vencida?

Ante el estreno de "Francotirador", candidata al Oscar.Es por tercer año consecutivo candidato a un Oscar, ahora por su personaje de la vida real en “Francotirador”, que se estrena el jueves. Luchó por años para que lo dirija Clint Eastwood. El filme ya es récord de recaudación.

Era su sueño. Cooper quería que Eastwood lo dirigiera. Pero él no lo elegía nunca...  FOTO: Warner Bros.

Era su sueño. Cooper quería que Eastwood lo dirigiera. Pero él no lo elegía nunca... FOTO: Warner Bros.

Bradley Cooper protagoniza Francotirador, la película de Clint Eastwood que tiene 6 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor filme y a Cooper como mejor actor protagónico (ver Entre unos pocos privilegiados), y que en la Argentina se estrena este jueves.

Durante años, cuando era simplemente un estudiante de teatro, Cooper era un ferviente admirador de Robert De Niro. Por eso, cuando lo tuvo enfrente durante una conferencia en el Actor’s Studio, no perdió la oportunidad de hacerle una pregunta. Jamás hubiese imaginado en aquel entonces que la vida le daría grandes sorpresas, y que no sólo se convertiría en uno de los actores más populares de Hollywood, sino que además le tocaría trabajar en dos ocasiones con De Niro de igual a igual. Incluso, ya convertido en su gran amigo, el legendario actor le dio una sorpresa el año pasado cuando apareció entre el público mientras era Cooper quien daba una conferencia en el Actor’s Studio.

Pero en cambio otro de sus grandes sueños, trabajar a las órdenes de Clint Eastwood, siguió escapándose una y otra de vez entre sus manos. A pesar de su fama y que su nombre equivale a dólares para los grandes estudios de cine, nada de eso pudo servir para que Bradley Cooper consiguiera un encuentro frente a frente con el veterano director, quien nunca ha modificado un peculiar sistema de casting en el que elige a sus actores sin hablar antes con ellos.

Quien quiere participar de una película suya, debe enviarle un video con una audición, algo que Cooper repitió una y otra vez, sin suerte. Intentó obtener un papel en La conquista del honor (2006, tres años antes de la primera ¿Qué pasó ayer?), y más tarde se postuló para encarnar al policía irlandés o al sacerdote en Gran Torino. Luego le envió un video para el papel que terminaría haciendo Armie Hammer en J. Edgar, con Leonardo DiCaprio. Y nada.

Pero cuando David O. Russell, con quien Bradley había trabajado en las películas que le dieron nominaciones al Oscar, El lado luminoso de la vida (actor protagónico) y Escándalo americano (actor de reparto) abandonó el proyecto, la Warner se lo ofreció a Eastwood, quien tiene una relación de varias décadas con el estudio...

Y al director, que en mayo cumplirá 85 años, no le quedó otro remedio que aceptar la película con protagonista incluido, ya que Bradley era además el productor y el propietario de los derechos cinematográficos del libro que cuenta las experiencias del francotirador (el más letal en la historia reciente de los EE. UU.: entre 1999 y 2009 mató al menos a 150 insurgentes en Irak como miembro de la unidad de élite SEAL).

Cooper consideró que “Francotirador es más un retrato de un hombre que se enfrenta a los sentimientos de culpabilidad por la muerte de sus compañeros, que afectan a su vida normal, que una película política que quiera educar sobre Irak”. Fue él quien negoció directo con Chris Kyle cómo se haría el filme que contaría su vida.

“Chris dijo que si pudiera escoger a un director para que hiciera la película de su vida sería Clint Eastwood. Para mí es uno de los mejores directores de nuestros tiempos, y Clint admira mucho la historia de los Kyle”, explicó Cooper.

Originariamente no se imaginaba en el papel principal, ya que Chris era un hombre de imponente musculatura y un origen social alejado del suyo. Pero decidió que con horas de gimnasio y una buena dieta podría convertirse en un soldado texano con una puntería infalible y el curioso oficio de matar. Durante tres meses se dedicó a hacer pesas cinco horas por día y a adquirir el peculiar acento de Texas hasta que estuvo listo para viajar a Marruecos a rodar con Clint.

Cooper admitió que mientras estuvo convertido en un macizo guerrero barbudo de 105 kilos de puro músculo, podía caminar por las calles sin ser reconocido. Pero el placer le duró poco. Una vez que concluyó la filmación, tuvo que transformar nuevamente su cuerpo para poder interpretar a John Merrick en el montaje de El Hombre Elefante que se representa actualmente en Broadway.

Entre unos pocos provilegiados

Por Pablo O. Scholz

Es probable que el común de la gente no esté familiarizado con el nombre de Bradley Cooper. Con Francotirador ya son tres las películas en años sucesivos en las que trabaja y que son candidatas al Oscar (sumar El lado luminoso de la vida y Escándalo americano), y también él es nominado en ellas. Así, Cooper se suma al lote de actores privilegiados que han tenido tres (o más) nominaciones al Oscar consecutivas. Y por supuesto que los apellidos son de renombre.

Un grupete que inició el gran Spencer Tracy (1936, 1937 y 1938: ganó los dos últimos años) y continuaron Gary Cooper (1941-1943), Gregory Peck (1945-1947), Marlon Brando (cuatro consecutivas candidaturas, de 1951 a 1954), Richard Burton (1964-1966), Al Pacino (1972-1975), Jack Nicholson (1973-1975) y William Hurt (1985-1987). El más reciente en lograrlo había sido Russell Crowe (2000-2002).

Claro que las nominaciones de corrido no garantizan nada: el otro Cooper -Gary- no lo ganó en esas tres ocasiones, sino después, lo mismo que Pacino. Burton no obtuvo el reconocimiento en ninguna de sus siete candidaturas que tuvo a lo largo de toda su carrera.

Bradley este año no parte como favorito. Por de pronto el Screen Actors Guild no lo incluyó entre sus nominados, o sea que en la Academia de Hollywood lo quieren más que en su propio sindicato, que tampoco lo había nominado por Escándalo…, pero sí por El lado luminoso de la vida.

No tendrá la cuota al día, quizá.

Su paso de la comedia al drama

Bradley Cooper, que el 5 de enero se convirtió en cuarentón, tiene sangre italiana, de parte de su madre, e irlandesa, del lado paterno. Cuando se graduó con honores de un programa de la Universidad de Georgetown, se mudó a Nueva York. Allí, mientras seguía estudiando actuación, participó en algún capítulo de Sex and the City, y su espíritu aventurero lo llevó a luchar por la preservación de las ballenas y hasta los Andes peruanos. Renée Zellweger fue una de sus conquistas, y su matrimonio con Jennifer Esposito (actuó en Vidas cruzadas) duró menos de un año.Un claro ejemplo de cómo ascendió en Hollywood fue lo que cobró por cada una de las tres partes de la comedia ¿Qué pasó ayer? De los 600.000 dólares de la primera, saltó a los 5 millones de la segunda, y 15 de la tercera... El actor de Brigada A ahora también se dedica a la producción. Mal no le va...

Como si fuera un superhéroe

Es una película de guerra, sobre un francotirador en la Guerra de Irak, pero la sorprendente recaudación de Francotirador en Norteamérica es sólo comparable con la de un filme de un superhéroe surgido de un cómic.

En efecto, la película de Clint Eastwood tuvo una recaudación inesperada de 105,3 millones de dólares el fin de semana. Calificada R (que restringe el acceso a menores de 17 años), se benefició de un virtual fin de semana de cuatro días, gracias al feriado del nacimiento de Martin Luther King Jr. Y superó con facilidad nada menos que a Avatar: ya es el filme de mayor recaudación en un fin de semana de enero.

viernes, 16 de enero de 2015

El mejor CINE

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Cine

16/01/15

Damián Szifrón: “Lo recibí con sorpresa y alegría”

Damián Szifron.El director habló con Clarín desde sus vacaciones. Dijo que el Oscar abre “todas las puertas del mundo”.

Damián Szifrón, nominado al Oscar por su trabajo en "Relatos Salvajes"

por Gaspar Zimerman

La nominación al Oscar encontró a Damián Szifron de vacaciones en la costa atlántica, cerca de Pinamar, junto a su mujer, la actriz María Marull (que trabaja en el primer episodio de Relatos salvajes) y sus dos hijas, Rosa y Eva. "Sabía que era posible porque estábamos dentro de las nueve precandidatas, pero no tenía certezas porque había películas muy buenas, así que recibí la noticia con sorpresa y gran alegría".

¿Viste las películas que van a competir con "Relatos salvajes"?No, pero leí mucho sobre ellas y gente a la que respeto mucho las vio, y sabía que era un año particularmente difícil en el rubro Mejor película extranjera. Aunque siempre lo es, porque de tantos países, ya el grupo reducido que llega es muy fuerte.

¿Qué posibilidades creés que tiene "Relatos salvajes"? No lo sé. Lo que sí sé es que tengo una sensación de gratitud y felicidad total. Arrancamos con la inclusión en la competencia oficial del Festival de Cannes y estamos cerrando el recorrido con una nominación al Oscar. Más no se puede pedir.

¿Qué méritos pensás que le habrán encontrado a la película? Darín dice que su fuerte es el humor. Sí, no se suelen ver películas con tanto humor que lleguen a una competencia en Cannes ni al Oscar. Y eso que es un aspecto esencial de la comunicación humana. Además del humor, diría que cierta sensación de liberación de energía que produce la película: se la experimenta de forma muy física. Viajé por todo el mundo viéndola y conozco de primera mano las reacciones.

"Relatos salvajes" fue criticada por alentar a la justicia por mano propia. No pienso que la película aliente a la justicia por mano propia, pero cada uno puede leer en ella lo que quiera. Estoy a favor de ese tipo de discusiones.

¿Qué valor les das a los Oscar?Toda premiación relacionada a una disciplina artística tiene algo extraño o distorsivo, porque la competencia no es un rasgo natural de la actividad. En el deporte sí es un rasgo constitutivo, pero en cine uno hace su trabajo sin pensar en lo que están haciendo los demás. Al estar en una terna se produce la competencia, pero no es esencial a la actividad. Más allá de estas salvedades, me alegra mucho, porque una nominación al Oscar te abre todas las puertas del mundo. Es una invitación a que la gente vea el material en el que estuviste años trabajando.

¿Te sorprende lo que viene pasando con la película?Sí, yo tenía expectativas altas, pero ni en mis mejores pronósticos me imaginaba todo esto. Tres millones y medio de espectadores, Cannes, el Oscar... Todo lo que pasa con la película sigue sorprendiéndome.

¿Tenés algún relato favorito?No, había escrito muchas historias y dejé las que me resultaban esenciales. Son como los órganos vitales de un mismo cuerpo, todos tiene su función. Son distintos hijos a los que adorás.

¿Cómo tomaste que la asociación de críticos Fipresci argentina no la haya incluido entre las mejores películas del año?Me parece bien. Hay muchas películas valiosas que son ignoradas por no tener difusión, y entidades como Fipresci tienen la misión de reconocerlas.

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Cine

15/01/15

El séptimo hijo: espectros y brujas

Ambientado en el Siglo XVIII, el filme del director ruso Sergei Bodrov, resulta ser un buen inicio para una saga fantástica.

BARNES Y BRIDGES. Buenas actuaciones en un proyecto con futuro.

clip_image002por Horacio Bilbao

El cine, como la literatura fantástica, ha ganado un lugar que le era esquivo antes de que JRR Tolkien fuese guionado y llevado a la pantalla por Peter Jackson. Un masivo lugar de público joven. En ese andarivel entra El séptimo hijo, la película que dirige el ruso Sergei Bodrov y que está pensada desde el inicio como una saga medieval que pronto veremos crecer.
Siguiendo la trilogía escrita por el británico Joseph Delaney, titulada El último aprendiz, la historia transcurre en el siglo XVIII, y viene de un tiempo inmemorial, del origen de la Inquisición en Inglaterra. La caza de brujas en el sentido más literal de la palabra.

Ya lo dijimos. Es una historia para un público joven pero con una lectura política detrás, lo que de alguna manera equilibra ciertas flaquezas argumentales del guión. Hay una venganza en ciernes de las brujas sojuzgadas y un espectro llamado a detenerlas, para siempre, por cuestiones personales, históricas y porque la curia le entrega un buen dinero a cambio de cada uno de sus exorcismos. Pero el Maestro Gregory (Jeff Bridges) tiene a la par otra misión, instruir a su sucesor o compañero en las artes de la magia y la lucha, para combatir el mal que viene del más allá, determinado a dominar el mundo en unos pocos días. Ese aprendiz debe ser el séptimo hijo de un séptimo hijo, condiciones que reúne el joven Thomas (Ben Barnes), sucesor de otros tantos séptimos que quedaron en el camino. Sepultados. Vencidos.

Pero Thomas posee además otras virtudes de cuna, que ya descubrirán en la película, y que lo convierten en un crítico de los métodos e ideas de su mentor, y por lo tanto de su tiempo. Efectivamente, saldrá a cazar a la bruja líder, la poderosa Mother Malkin (Julianne Moore) pero se dejará seducir por otra bruja, la bellísima Alice (Alicia Vikander). No todas las brujas son malas, y si lo son, parecen tener motivos en la hoguera que las quemó, para explicar sus maldades. Otra hubiese sido la historia sin la satánica inquisición.
Tenemos a un aprendiz de espectro algo díscolo, a su instructor, y a las brujas lideradas por Malkin. Un ejército de seres espectrales de diversa calaña y poderes. Y una tecnológica capacidad para pasar de ser las más horrendas bestias del mundo animal, a lo que alguna vez fueron, mujeres y hombres castigados por h o por b.

Sí, la película tiene inconvenientes con la presentación desordenada de algunos de sus protagonistas, que irrumpen de manera forzada en la historia. Aún así, por influjo de las actuaciones y la segundas lecturas del filme, consigue su propósito de iniciar una saga fantástica, paso necesario para convertir este éxito literario en un relato fílmico del que ojalá sigan participando Bridges y Moore. Inicio con más futuro que presente, y brujas que se quieren vengar.

POR QUE SI:

Buenas actuaciones, efectos especiales, ritmo y una historia medieval con crítica política.

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Cine

15/01/15

Crítica - “Los imprevistos del amor”: Comedia salida de lo habitual

“Los imprevistos del amor”.

Los imprevistos del amor

Que las últimas oportunidades hay que aprovecharlas es algo tan cierto como difícil de prever que serán las definitivas.De eso, entre otras cosas, trata Los imprevistos del amor, esta comedia romántica presumiblemente con el público adolescente en la mira, pero que le escapa a muchos clisés (no a todos, porque saltaría de género) de los filmes de este tipo.

Rosie y Alex son amigos desde la infancia, y uno no sólo adivina, sino que ve que bien podría haber algo más entre ellos, de no ser porque son mejores amigos. Crecen, y no hay sexo de por medio, aunque hablen de ello y se ayuden en sus conquistas amorosas.

Hasta que, ahí sí, cualquier espectador despierto lo advierte, hay una llama que ninguno de los dos se anima a dejar que crezca y no se extinga.

Lo que diferencia a esta película con la hija de Phil Collins (Espejito, espejito, Cazadores de sombras) y Sam Claflin (de la saga Los juego del hambre) es que incluye temas como la maternidad casi adolescente y las diferentes clases sociales (la familia de Rosie es de clase trabajadora en Inglaterra), y que la relación entre los protagonistas no tiene baches.

Los diálogos son ingeniosos y realmente se siente que acompañan a la historia y no incluyen chistes forzados.

Del otro lado de la balanza están las conquistas de Axel, por lo general rubias taradas e insoportables. Bien: nadie es perfecto.

Los imprevistos del amor es del tipo de película que se apoya en las actuaciones, de ahí que lo que haga Collins será fundamental para sostener el andamiaje. No sólo es linda, sino que tiene pasta como actriz, puede lagrimear y sonreír con la misma facilidad y ponerse al hombro la película parece no pesarle. Algunos personajes secundarios parecen sólo bocetados, como si el director Chistian Ditter prefiriera centrarse en Rosie y Alex. Como para que el espectador no le quite la atención de encima.En síntesis, una extrañeza en el mundo de la comedia romántica, nada malo y bienvenida a la cartelera local.

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Cine

15/01/15

Crítica - “Corazones de hierro”: Una de guerra que atrasa

“Corazones de hierro”, de David Ayer.Con Brad Pitt como protagonista y productor, la película es correcta, pero con argumento remanido.

Brad Pitt en "Corazones de hierro"

por Gaspar Zimerman

Bastardos sin gloria parecía haberles puesto un punto final a las películas bélicas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. En el humor, Tarantino había encontrado la única vuelta de tuerca posible para volver sobre un tema tan remanido. Y, por si todavía quedaba alguna duda, Brad Pitt había demostrado una vez más que no es sólo una cara bonita (y que la comedia es su fuerte). Por eso sorprende que haya aceptado ponerse a la cabeza, como protagonista y productor ejecutivo, de Corazones de hierro, que atrasa 60 años.

Que se entienda: es una de esas películas de las que puede decirse con tranquilidad eso de que "está bien hecha". Correctamente filmada, tiene escenas de combate impresionantes y una recreación de época resulta creíble; en suma, se notan los 68 millones de dólares del presupuesto. La disfrutarán aquellos que vayan en busca de una bélica como las de antes, bien clásica, con un grupo de heroicos muchachos enfrentándose a los malvados nazis y a las duras condiciones de los campos de batalla.

Quienes esperen algo que se corra un milímetro de las convenciones, no lo encontrarán (salvo por un detalle: los disparos parecen salidos de armas de La guerra de las galaxias, en una curiosa elección de efectos especiales). Los cinco personajes principales responden a arquetipos: el severo pero justo sargento al mando; el novato, un jovencito que al principio parece un blando que no está a la altura de las circunstancias pero con el correr de las batallas demostrará su coraje; el religioso, solidario y querible; y los otros dos soldados, un tanto brutos y desagradables, pero tan nobles y buenos compañeros como los demás. Este quinteto convive a bordo de un tanque que surca el territorio alemán. Estamos en abril de 1945: la guerra está a punto de terminar, pero los nazis todavía ofrecen una feroz resistencia. Y la división de tanques, según nos explican al principio, era el punto débil de los aliados.

Quedó dicho: Corazones de hierro no tiene la ironía de Bastardos sin gloria. Tampoco, el planteo filosófico de La delgada línea roja. Ni el original punto de vista de Líbano, la película del israelí Samuel Maoz que transcurría casi en su totalidad adentro de un tanque, con la mirilla como único punto de vista hacia el exterior. Aquí hay diálogos solemnes, cargados de frases pretendidamente profundas (del tipo "Los ideales son pacíficos; la Historia es violenta"). Aquí hay que soportar a tipos gritando "¡fucking nazis!" mientras acribillan alemanes. Aquí hay un espíritu yanqui recalcitrante, a tal punto que el objetivo final parece ser reivindicar al ejército estadounidense, rescatando aquellas lejanísimas épocas en las que peleaba por causas justas.

CALIFICACION

Regular

POR QUE NO

Está plagada de convencionalismos. En la guerra de buenos contra malos, todo es lineal y previsible.

jueves, 8 de enero de 2015

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07/01/15

De tal padre, tal hijo: ¿Sangre o crianza?

Cine

El significado de la paternidad es el centro de esta historia sobre bebés intercambiados al nacer.

"De tal padre, tal hijo", un filme en el que las emociones están en juego.

por Horacio Bilbao

El famoso refrán de tal palo tal astilla, que se usa por igual de manera positiva o negativa para referirse a la herencia entre padres e hijos, ha sido ampliamente cuestionado por la ciencia. También sobran ejemplos desde el cine. Pero aquí, estamos frente a un especialista en construir y deconstruir historias familiares, el director japonés Hirikazu Koreeda, que en De tal padre, tal hijo recupera varios de sus temas predilectos.

Sangre o crianza, perspectivas adultas e infantiles para dramas de familias. Con belleza, nostalgia y un profundo entramado social de personajes bien definidos, arriesga incluso un mensaje de transformación optimista para nada artificioso. La transformación de un padre que, sacudido por la inverosímil situación que le toca vivir, descubre su capacidad de amar.
La historia comienza con la familia de Ryota Nonomiya, un exitoso arquitecto, nuevo rico obsesionado con el trabajo que busca despertar en su hijo de seis años el espíritu de ganador que corre por sus venas. Su mundo va a derrumbarse. Pronto sabrá que el niño no es su hijo biológico, que hubo un intercambio de bebés y que el suyo fue entragado a otra familia. Una familia de provincia, pobre, con otros valores, con la que deberán acordar cómo intercambiar a sus respectivos hijos sanguíneos. Leyes, afectos, y discusiones familiares crecen en un drama que es despedida.

Koreeda explora, sin dar respuestas, el significado de la paternidad, la ambigüedad de un vínculo y el peso impuesto por nuestras culturas e historia personal. A la vez, nos introduce en las distintas relaciones entre padres e hijos, la que pueden e intentan construir unos, la que reclaman o necesitan los otros, los hijos. Nada menos.
"Ahora todo tiene sentido", balbuceó como primera reacción el arquitecto al enterarse de que su hijo no era su hijo. Y esa palabra, el sentido que el protagonista cree entender, es lo que realmente está en juego en toda la película. Un sentido que se irá trastocando, con padres que ya han formado su carácter y con niños que son maleables todavía, pero dueños de una mirada y una perspectiva intuitiva y afectuosa que el director asume y traduce de manera magistral. Del centro a la periferia, de la desazón a la curiosidad. Reflexión y dudas sobre un vínculo acosado por el riesgo de desconexión. Sangre y crianza, en un contexto generacional.

MUY BUENA. El director lograr contar una historia profunda y emotiva mientras dispara preguntas para todos.

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07/01/15

Sin control: La venganza es el motor

Keanu Reeves y un buen regreso al cine de acción.

por Horacio Bilbao

Sin control, que merece más el título original de John Wick, el personaje de Keanu Reeves, es una película para fanáticos. Del actor y del cine de acción. Y especialmente atractiva para aquéllos seguidores de esta clase de westerns del siglo XXI que eluden todo pecado de inverosimilitud con una tradición fílmica que todo lo permite y lo perdona. Visto así, la del inoxidable Keanu, que ya pasa los 50 años, es una buena película con una historia conocida y largos minutos de tiros y persecuciones: es la historia del asesino, sicario, o pistolero que se retira y que vuelve al ruedo por una motivación personal.

No hay misterio. John Wick se convierte en una máquina de matar recargada porque acaba de perder a su mujer, que lo llevó al "lado bueno" de la vida. Y porque Iossef, el hijo de un veterano mafioso ruso, el hijo tonto que ningún gángster quiere tener, no tiene mejor idea que invadir la tristeza de John, robarle su auto y matarle a Daisy, la perrita que su esposa le envió de regalo antes de morir y que llegó vía delivery después de los funerales. Todo en sus propias narices.

Trocó en odio la pena de John. Operó la transformación que convierte a la película en una cacería, en el regreso del temible Boogyman. "Es un maldito nadie", sobrará Iossef a su padre cuando este le pregunte si sabe con quién se metió. "Ese maldito nadie es John Wick", contestará el padre, que alguna vez lo tuvo como sicario a su servicio, que ahora sabe que el mundo se le vendrá encima, y que pondrá precio a su cabeza.

El mundo es Nueva York, Brooklyn, un hotel art decó, una iglesia ortodoxa, una discoteca top, donde transcurren largas y sangrientas batallas. John, que conoció la vida de otro lado, volvió a cruzar de vereda, y es la pesadilla de los rusos, que podrían ser chinos, pero aquí son coproductores.

Un buen regreso para el cine de acción que pese a sus evidentes muestras de marketing multicultural, sus pasajes pochocleros y sus argumentos gastados, seduce con ritmo, piruetas, códigos rotos y la venganza como motor.

BUENA. Reeves, el elenco, el ritmo y las batallas del filme honran a un género que necesita recuperar su mística.

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07/01/15

Sordo: Las sanas ambiciones

Documental sobre la vida interior de un grupo de actores de la comunidad sorda.

“Sordo” , de Marcos Martínez

por Horacio Bilbao

Los muchachos del grupo Extranjero lo lograron. Están en el cine. Y están con su obra de teatro. Gracias a ellos y al periodista y realizador Marcos Martínez, timón de Sordo, la película que se sumerge en la vida interna de un grupo de actores de la comunidad mientras produce un hecho artístico. "Quiero algo grande, quiero vivir de esto y quiero que este grupo de teatro sea conocido", dice uno de los protagonistas. La tarea no es sencilla.

A la par de Marisa, la intérprete del grupo, trabajan el guión, el casting, la puesta, mientras cuentan su propia historia. La de este grupo Extranjero, cuyo no nombre no es casual. Remite a ellos, a los que no distinguimos por sus rasgos físicos, pero sí por su lengua de señas, su forma de comunicarse. "Hablamos raro, parece que viniéramos de otro país", dicen. Y hacen.

Juegan con la magia del cine, que les permite aparecer hablando y escuchando. Chocan contra los conflictos sociales, los egos, las disputas internas. Son un grupo de artistas y mientras explican sus ambiciones lidian con ellas.

El relato transita sus intimidades, su vida cotidiana. Muestra cómo interactúan socialmente, explora la lengua de señas como otro idioma, y descubre cómo ellos buscan sacarle el jugo a la estética de esta herramienta, aplicada a la actuación. Entonces lo que vemos es una doble vertiente de conflictos, los propios de una experiencia artística, y los intrínsecos a la comunidad sorda, que debe sortear las barreras y prejuicios familiares y sociales, frente una situación crítica, como puede ser el deseo de cantar. ¿Qué es y qué no una burla, qué es discriminación?

Protagonistas que hace rato asumieron que son sordos van gestando su obra y su vida. Es un ensayo y mucho más, de jóvenes que pretenden ser actores. Y que luchan por sus sueños, como este, que empiezan a cumplir.

BUENA. Un grupo de artistas que mientras explica sus ambiciones va lidiando con ellas.