jueves, 22 de octubre de 2015

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22/10/15

Gilda: en la piel de un mito

Teatro: Florencia Berthold.Es la protagonista de la obra basada en la cantante popular, que se estrena hoy en El Grito.

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Florencia Berthold. Protagonista de "Gilda", basada en la vida de la cantante popular, con un look similar. Foto: gentileza Gonzalo Cortés.

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Juan José Santillán

“No escucho cumbia, pero sí escucho Gilda”, dice Florencia Berthold, actriz y protagonista de Gilda el espectáculo que se estrena mañana sobre la vida de la cantante popular fallecida hace 19 años en un accidente automovilístico. La suya fue una carrera corta, pero intensa: de maestra jardinera se convirtió en referente de la canción. Falleció a los 35 años y desde entonces es venerada como santa. Estos aspectos son los que incluirá Berthold en la primera obra basada íntegramente en la vida de la cantante. El espectáculo es una versión libre de la novela de Alejandro Margulis Gilda, la abanderada de la bailanta.

Preparaste el espectáculo durante cuatro años ¿Cómo fue el recorrido tuyo y de la obra en ese tiempo?

Yo la escribí hace cuatro años, en el medio investigué. Fue un recorrido extraño. En esos años me sumé como cantante invitada a la Agrupación Pasión, de cumbia, tocamos en fiestas y en villas. Lo que me llamó la atención, más allá del personaje increíble, emblemático, místico, es que se la nombra y genera un magnetismo particular. Me interesó cómo rompió su vida tranquila, establecida, de mamá de dos nenes, con un trabajo regular y se convirtió en la persona que todos conocemos. De alguna manera fue muy violento, empezó de un día para el otro y así también terminó.

¿Te alejaste del aspecto musical para concentrarte en su vida?
La obra empezó siendo un recital con algunos inserts de escenas. Después lo musical quedó atrás y ganó lo teatral aunque se mantienen algunos momentos musicales. Ella trabajó mucho para armar su personaje, su vestuario, sus formas. Eso también está en la obra donde incorporamos canciones a capela, porque ella escribía mucho a partir de cómo se sentía y sobre las cosas que le pasaban.

Desde hace unos años hay un rescate de Gilda desde el pop. Pienso en Leo García, por ejemplo. ¿Por qué pensás que produce eso?
Sí, hay un rescate ahí sí. Es que ella escuchaba rock nacional, le encantaban los Beatles, la Bossa Nova, tenía otra cuna y al unirse desde ese lugar al género le dio un giro. Valorizó las letras en un género musical que estaba hecho para bailar.

¿Tuviste contacto con los fans?
Muchos me escriben, tiran muy buena onda. En general no les gusta mucho cuando se hace algo sobre ella. Nosotros lo hacemos desde un lugar humano, sincero y lo valoran.
Gilda tiene un lado místico específico ¿Incorporaste a la obra ese aspecto?
Hay indicios o sensaciones dentro de la obra que muestran que hay algo más allá, que no podría describirse de una manera material. Lo que me pasa con la obra es lo mismo que a mí me pasa con Dios: Creo que hay algo que tiene un poder superior, no le pongo nombre ni etiquetas. Hubo muchas situaciones extrañas con respecto a Gilda durante los ensayos. Por ejemplo, fuimos al santuario a pedir permiso para hacer la obra y salimos con los ojos llenos de lágrimas sin entender por qué. Fuimos a la presentación de la novela de Margulis en la que se basa la obra, agarré el libro fuerte, abrí una página al azar y leí: Primero tenés que ser mamá. Al poco tiempo quedé embarazada, fui madre y cambié un montón. Sentí que estaba en el color y la mirada de lo que tenía que transitar con esta obra.

DÓNDE Y CUÁNDO

Gilda”, protagonizada por Florencia Berthold, es dirigida por Iván Espeche. Actúan Nicolás Espinosa, Martín Lavini, Fernando Sayago y Patricio Romero. Viernes y sábados, a las 23, en El Grito, Costa Rica 5459. $ 150

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Cine

21/10/15

"Pacto criminal": La unión hace la fuerza

Crítica: Buena.Un gangster de origen irlandés y un agente del FBI, amigos de la infancia, son centrales en este buen thriller.

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El FBI y el hampa. Joel Edgerton y Johnny Depp: amigos.FOTO: WARNER BROS.

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Gaspar Zimerman

@gasparzimerman

gzimerman@clarin.com

Basada en el libro Misa negra: la verdadera historia de la impía alianza entre el FBI y la mafia irlandesa, de los periodistas Dick Lehr y Gerard O’Neill, del diario Boston Globe, Pacto criminal cuenta una historia real: la alianza entre un agente del FBI, John Connolly, y el mayor gangster del sur de Boston, Jimmy “Whitey” Bulger. Una cooperación que empezó con el objetivo de eliminar a la mafia italiana de la ciudad y se extendió mucho más allá de esa excusa.

Entre las diferentes mafias que suele retratar Hollywood -italiana, hispana, últimamente también la rusa-, esta vez el foco está puesto en la irlandesa. Bulger ya había inspirado al personaje de Jack Nicholson en Los infiltrados, de Scorsese, pero ahora la intención es acercarse mucho más a la “realidad”. Y el elegido para el protagónico es Johnny Depp, en una actuación que, según la crítica internacional, lo posiciona como candidato a ganar el Oscar por primera vez.

Y sí, el trabajo de Depp es muy bueno. Despejado de todos los tics que lo volvieron poco menos que insoportable en sus colaboraciones con Tim Burton, consigue infundir miedo y hacer creíble a este matón (ya había encarnado a otros dos: John Dillinger y George Jung). Físicamente está irreconocible, algo que ayuda a su lucimiento, aunque hay un punto en el que a alguien se le fue la mano: los ojos. Quizá la intención de esos lentes de contacto celestes fue, además de transformarlo en Bulger en todos los detalles, resaltar el carácter vampírico del personaje. Pero la mayor parte del tiempo esos ojos no nos perturban por su maldad, sino por su artificialidad.

Por lo visto, Bulger era mucho más aterrador que carismático. Y escurridizo: “Si hacés algo pero nadie lo ve, nunca sucedió”, le explica su filosofía a su hijo en una de las mejores escenas. Por eso comparte el peso de la trama con el agente del FBI (Joel Edgerton) y la historia, que se desarrolla entre 1975 y 1995, no está contada desde su punto de vista, sino del de tres de sus secuaces y otro agente del FBI, integrantes de un sólido elenco de personajes secundarios (Benedict Cumberbatch, Kevin Bacon, Jesse Plemons, Peter Sarsgaard, W. Earl Brown).

Scott Cooper ya mostró en sus dos anteriores películas, Corazón rebelde (2009) y La ley del más fuerte (2013) que sabe dirigir actores y contar una historia eficazmente, con oficio y prolijidad. También, que no tiene mucho vuelo. Aquí crea un estado de tensión permanente, en un clima lúgubre y oscuro; el que busque un buen thriller, lo encontrará. Pero no se puede decir que Pacto criminal agregue demasiado a la enciclopedia mafiosa de Hollywood.

"Pacto criminal"

Buena

Drama. EE.UU, 2015. SAM 16, 123’. De: Scott Cooper. Con: Johnny Depp, Joel Edgerton, Benedict Cumberbatch.

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Cine

21/10/15

"Dos días, una noche": Arriba ese ánimo

Crítica: Muy buena.Sandra, despedida de la fábrica, debe lograr que sus compañeros dejen de cobrar un plus para que la reincorporen.

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Momento de relax. Deprimida, Sandra (Cotillard) y su marido. FOTO: DISTRIBUTION COMPANY

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

“La crisis y la competencia asiática me obligan a tomar decisiones”, dice el jefe. El señor Dumont les dio a los 16 trabajadores la opción de elegir entre reincorporar a la fábrica a la despedida Sandra, o recibir un bonus en efectivo. Y la mayoría, catorce, ya eligió el dinero. Sandra consigue el viernes que haya una nueva votación, esta vez secreta, el lunes.

Jean-Pierre y Luc Dardenne van a seguir a Sandra, y a su marido, Manu, el que más la presiona para que hable con sus compañeros (“¿Cómo pagaremos la casa sin tu sueldo?” es sólo uno de sus argumentos). Sandra, que viene de recuperarse de una crisis emocional, teme sentirse una mendiga. Pero allí va, empujada por la situación, y por Manu, y una compañera, a poner el cuerpo, a hablar con sus colegas, convencer uno a uno, yendo a visitarlos a sus hogares.

“Estoy jodida otra vez”, reconoce Sandra, pelo recogido en colita, ojerosa y sin pintura.
Los directores ponen en juego, en el centro, la solidaridad. “¿No te da vergüenza venir a robarnos?”, le responde a Sandra un compañero. Así, la protagonista se debate entre una nueva depresión (¿ cómo la van a tratar los que pierdan el bonus, no por propia decisión, sino porque perdieron en la nueva votación?) y la esperanza.

También como en muchos de sus filmes, lo que está detrás es una fábula sobre la fuerza, la entereza de un individuo vulnerable que debe luchar contra lo que lo rodea. Y los Dardenne, como siempre, no cuestionan a la protagonista. Simplemente la filman. La acompañan con su cámara.

Cámara casi siempre en mano, salvo algunas tomas fijas en el interior del auto, y muchos exteriores, lo que le da espontaneidad al relato, que no tiene absolutamente nada de improvisación, todo ello redunda en un trabajo magnífico de un lado y del otro de la cámara.

Porque si el cine social es el que siembran y cosechan los directores de Rosetta (con la que más parecidos tiene Dos días, una noche), El niño y El chico de la bicicleta, si no se logra empatía con el espectador ese aspecto cuasi documental en su manera de filmar y narrar quedaría entonces como un relato ajeno.

Marion Cotillard seguramente no se lavó el cabello durante varias jornadas. Afeada, con la misma ropa esos dos días y más de los que habla el título, compone a Sandra desde la forma en que camina cuando va a hablar con sus colegas y cuando se retira. No es sólo la expresión de su rostro. Ni sus lloriqueos. Y es por eso que, en el final, y no adelantamos nada, Sandra puede decir que se siente feliz.

El tema no es sólo ser solidario, es pelear y poner en juego y adelante de todo los derechos, lo primordial, los ideales.

Pero no todo tiene que ver con la pérdida o no de la fuente laboral. La película también trata sobre la felicidad de Sandra. Sus desequilibrios -mentales y anímicos- la llevan de pasar de una depresión a un estado de optimismo medido. Es la manera que tienen los Dardenne de subrayar que, llamémosle los principios, el alma, la integridad de una persona nace de adentro hacia afuera.

Como cantaba Charly García, te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella (la libertad) siempre está.

"Dos días, una noche"

Muy buena

Drama. Béligica, 2014. 95’, SAM 13. De Jean-Pierre y Luc Dardenne. Con Marion Cotillard, Fabrizio Rongione. Salas: Lorca, Cinemark Palermo, Gral. Paz

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21/10/15

"Música, amigos y fiesta": Vieja fórmula para triunfar

Crítica: Buena.Altos y bajos en esta historia de conflictos, donde el personaje de Zac Efron quiere ser DJ.

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Zac Efron. En busca de un track. FOTO: DIAMOND FILMS

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Horacio Bilbao

@cordobe

hbilbao@clarin.com

Seguramente, Música, amigos y fiesta sea una película más atractiva para el ambiente DJ que para el común de los mortales. Por un tema de prejuicios musicales, pero además porque desarrolla en profundidad aspectos de ese mundillo mientras se vuelve más trivial y estereotipada en sus historias contextuales, que se parecen mucho a un relleno y que dado el tono herético del filme, necesita más riesgos.

Esta, la primera película de Max Joseph, se mete en la intimidad de un grupo de amigos, jóvenes de clase media baja que buscan su identidad en Los Angeles. La tienen difícil. No estudian y tienen una enorme avidez por el dinero, por lo que sus ambiciones reales, sus gustos y deseos más profundos, siempre están en riesgo de pasar a un segundo plano.

El drama principal es el de Cole Carter (Zac Efron) un incipiente DJ que conoce a Sophie (Emily Ratajkowski), la hermosa chica indicada, y luego a su novio James (Wes Bentley) un DJ famoso que le ve condiciones y se vuelve su mentor. Dos caminos en uno.

En los papeles hay un buen planteo de las tensiones que sufre Cole en su interior: su grupo de amigos, su sueño musical y un amor furtivo por la mujer de un tipo que le cae bien jalonan el conflicto, pero la resolución de esos cruces asoma pueril, predecible.

En cambio, el proceso de formación del DJ luce más atractivo, con fórmulas para hacer bailar a las masas, para entrar en sus corazones, y para componer hits con personalidad. Un ABC nada despreciable para cualquier proceso creativo, con James (Wes Bentley) como guía, el personaje más logrado del filme.

En paralelo hay un mundo de drogas, sexo, excesos y ritmos que van increscendo hasta hacernos mover los pies en la butaca. Una especie de banda musical que suena demasiado fuerte para el resto de las respuestas cinematográficas, que termina diciéndonos que siempre podemos ser mejores ¿músicos, personas? Frases e ideas sueltas para un drama de amigos que va del descontrol a la fórmula pacata sin anestesia.

"Música, amigos y fiesta"

Buena

Drama. EE.UU., 2015, 96’, SAM 16. De Max Joseph Con Zac Efron Salas Hoyts Abasto, Cinemark Palermo

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Cine

21/10/15

"La huella en la niebla": Enigmática y metafórica

Crítica: Buena.Del aspecto contemplativo el filme pasa a desarrollar un drama poten- te, con muy buenos secundarios.

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Damián Enriquez. Protagonista. FOTO: PRIMER PLANO

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Cuando una película comienza enigmática, lo mejor que puede pasarle al espectador es que esa sensación, como de desasosiego, de cierta incomodidad, no termine de acosarlo ni siquiera cuando el filme llegue a su conclusión.

La huella en la niebla empieza con Elías remando en su bote. Está solo, no solamente arriba de su embarcación, sino que no hay otro ser vivo a su alrededor. Está inmerso en la niebla, algo que el director Emiliano Grieco utilizará más que como una metáfora.

Elías esconde un secreto. Adivinamos que está regresando, y desea reencontrarse con su pareja, su hijo, su padre. Pero hubo -y hay- una muerte entremedio, por lo que su vida en el pueblito, o en el campo, no le va a resultar sencilla.

Grieco, que debutó en el documental antes de saltar aquí al largometraje de ficción, comienza su relato confiriéndole un aspecto más que contemplativo, a lo Gustavo Fontán. Luego la trama irá abriéndose, y con ella las perspectivas de que el drama vuelva a desencadenarse.

El director eligió a Damián Enriquez, en la que es su primera película, y el protagonista cumple con los requisitos del personaje. Es escueto cuando debe hablar, y sabe expresar sus sentimientos hasta con economía de recursos.

Distintos son los casos de Emme y Germán de Silva. Si bien cumplen labores en roles secundarios, pero que tienen fuerte influencia en el devenir de la trama, y en particular en el accionar de Elías, La huella en la niebla pega fuertes y bienvenidos cimbronazos cuando aparecen en pantalla.

A De Silva -que desde Las acacias, de Pablo Giorgelli, pasó por Los dueños, Relatos salvajes y Patrón, radiografía de un crimen, entre otras- le basta con entablar un diálogo, hacer un silencio, cuestionar, para tornar aún más creíble esta historia de soledad, de un hombre que no cree en el destino. Y así le va.

"La huella en la niebla"

Buena

Drama. Argentina, 2014. 81', SAM 13. De Emiliano Grieco. Con Damián Enriquez, Emme, Germán De Silva. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Puerto Madero, Village Recoleta

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