En cambio constante
La obra dirigida por Sergio Boris tiene un sólido elenco, que consigue variantes de función en función.
Clarín
15 Oct 2015
Juan José Santillán jsantillan@clarin.com
Amontonados.Los actores, como un grupo de locos, en “Artaud”.
Artaud Director Sergio Boris Con D. Cremonesi, P. de Nito, E. Onetto, V. Schneck y R. Sala C.C. San Martín, jueves y viernes, 21.
En el ciclo “Invocaciones” se presenta Artaud, de Sergio Boris, uno de los directores fundamentales de la escena porteña actual. Su obra anterior fue Viejo, solo y puto que sigue en cartel luego de cinco años, lapso en el que también realizó temporada en Francia.
Boris no parte del texto dramático como elemento determinante, sino desde la composición actoral con algunas premisas bien definidas: la salud, la psiquiatría y la locura. Esto hace de Artaud una obra frágil porque se construye con circuitos de acción que exigen de los actores una presencia constante. Ellos son Diego Cremonesi, Pablo de Nito, Elvira Onetto, Verónica Schneck y Rafael Solano. Cualquier desconexión del grupo, que realiza un trabajo notable, haría caer la atmósfera violenta de la obra. A tal punto depende de los actores que el espectáculo continúa ensayándose y todavía cambia de función a función.
En su línea argumental Artaud toma algunos episodios biográficos del autor de El teatro y su doble. Sobre todo, su etapa en el manicomio y las cartas escritas desde su encierro en Rodez. Sin embargo, esto es sólo es una referencia lejana. La obra transcurre en un futuro no muy lejano, donde el principal manicomio de la ciudad ha sido demolido para construir playas de estacionamiento. Allí, un grupo de empleados y un psiquiatra manejan la caja. Los locos no sólo han sido desalojados, también los reprimieron y amontonaron en celdas. Uno de ellos se escapa y llega con una carpeta repleta de papeles buscando un psiquiatra que lea sus textos. En un cuartito, detrás de los estacionamientos, se desarrollan una serie intrigas que tiene como fondo una adicción compartida por todos los presentes.
La obra dialoga del mejor modo con Antonin Artaud: rompiendo la referencia directa y creando la suya con elementos propios del teatro, no de la literatura. Boris comentó que hablar de manicomios en esta ciudad es dar cuenta de la represión en el Borda. Sobre esa base investigó. Además, se presenta en la Sala Alberdi, la misma que estuvo tomada por estudiantes y fue desalojada tras una represión donde hubo heridos con balas de plomo. Desde el espacio donde realiza funciones, con una escenografía que reproduce cuartos tabicados con personajes acechados por la policía, Artaud arma un potente sistema de sentido sin dejar de lado la utilización de los recursos escénicos con altísima calidad.
14/10/15
"La Cumbre Escarlata": Bello homenaje al gótico
Crítica: Muy buena.El director de “El laberinto del fauno” hace un guiño al género del Hollywood de los años dorados.
Mia Wasikowska. Damisela de la alta sociedad... en problemas. FOTO: UIP
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@gasparzimerman
Guillermo del Toro definió a La Cumbre Escarlata como un homenaje al gótico -en sus dos vertientes: drama y terror- de los años dorados de Hollywood y de la Hammer Films inglesa. Ahí está el secreto del gran placer que produce: es una historia clásica, con ingredientes románticos, sobrenaturales y de cuento de hadas, que nos transporta a aquella etapa de la industria mediante una refinada ingeniería visual.
Un misterioso noble inglés (Tom Hiddleston, el Loki de Thor y Los Vengadores) llega a los Estados Unidos de principios de siglo XX para enamorar a una despabilada damisela de la alta sociedad neoyorquina (Mia Wasikowska, la Alicia de Tim Burton) y llevársela a su decadente mansión en Inglaterra. Ahí, ambos convivirán con la siniestra hermana del caballero (Jessica Chastain) y con los fantasmas que habitan la decrépita casona.
La reconstrucción de época en la primera parte, que se desarrolla en la Nueva York del 1900, es exquisita. Y el goce visual va in crescendo, porque el caserón es imponente y todo un personaje en sí mismo, con sus recovecos, sus insectos, sus espectros, su techo agujereado y sus cimientos hundiéndose en arcilla roja como la sangre.
Una estética que es marca registrada de Del Toro: él considera a La Cumbre Escarlata como parte de una misma trilogía temática y visual junto a El espinazo del diablo y El laberinto del fauno. El mexicano señala muchas referencias literario-cinematográficas para esta historia, con Rebecca, de Daphne Du Marier/Alfred Hitchcock, Cumbres borrascosas, de Emily Brontë/William Wyler, y Jane Eyre, de Charlotte Brontë/Robert Stevenson, como las más reconocibles. Abunda ese tipo de menciones: por ejemplo, la protagonista se llama Edith Cushing por Edith Wharton y Peter Cushing, estrella de la Hammer Films.
Pero así como la película alcanza la excelencia visual, dramáticamente se va desinflando. El misterio se disipa con explicaciones redundantes e innecesarias. Y el clima ominoso tan delicadamente construido termina ahogándose en un inesperado baño de sangre, un toque gore que deja en ridículo a lo que hasta entonces, para decirlo en palabras de la protagonista, había sido una bella historia con fantasmas.
"La Cumbre Escarlata"
Muy buena
Terror. Estados Unidos, 2015. SAM 13 R, 118’. De Guillermo del Toro. Con Mia Wasikowska, Tom Hiddleston, Jessica Chastain. Salas: Hoyts Abasto, Belgrano Multiplex, Monumental, Cinema City General Paz
14/10/15
“Operación Ultra”: El superagente fumón
Crítica: Muy buena.Equilibrada y fresca, la historia se sostiene desde el guión y dos buenos protagónicos.
Dos contra el mundo. Eisenberg y Stewart, la clave del filme. FOTO: ENERGIA ENTUSIASTA
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@cordobe
En Operación Ultra, la nueva película de Nima Nourizadeh (Proyecto X) Mike y Phoebe, Jesse Eisenberg y Kristen Stewart, viven una romance alucinado, paranoico y creativo en Virginia, EE.UU. Pero en paralelo, en los altos mandos militares, un jefe inescrupuloso decide acabar con Mike, que sin saberlo fue parte de un experimento, un proyecto para crear agentes superhombres de dudoso éxito.
Nourizadeh muestra un mundo juvenil, stoner, fumón, con dillers, campos y rutas abiertas, en las que los agentes asoman implantados para acabar con la paz de la feliz pareja. ¿Qué pueden querer de estos buenos chicos, de Mike, que sólo piensa en Phoebe, en sus cómics, en sus drogas, mientras trabaja en un supermercado?
Todo podría ser fruto de su imaginación, un cómic más, pero no. Dos agentes llegan para matarlo minutos después de que una misteriosa mujer decidiera activarlo, salvarlo, aunque él apenas se entere. Allí nace la película, la historia del chico acosado por un maniático y su ejército exterminador. Un juego con lo inconcebible, el absurdo, donde el personaje va descubriéndose como un superhombre.
Drones, agentes de la CIA, psicópatas poderosos y narcotraficantes conviven en este paisaje creado por Nourizadeh y el guionista Max Landis, dúo poderoso e inventivo en esto de parodiar la inteligencia militar asociada a la tecnología. Cruza de acción y comedia que, desde Terminator, se ha vuelto ineludible para una creciente cantidad de películas: como la debilidad y la escasa novedad de sus argumentos no permite riesgos mayores, apuestan a jugar con el tono. La vieja salvación del absurdo.
Sí necesitan que el casting funcione, y aquí funciona. Eisenberg y Stewart, su gracia, su capacidad para mezclar ingenuidad, sorpresa y mantener inalterables sus personalidades son un punto alto de la película. Mike es Mike incluso cuando se sabe experto asesino.
Acción, personajes queribles, burlas ocurrentes con la historia del cine y una trama leve ofrecen un resultado cercano a lo que debiera ser ese absurdo en un cine joven. Y claro, está la parodia del superhombre fumón.
"Operación Ultra"
Muy buena
Acción. EE.UU., 2015, 95’, SAM 16. De Nima Nourizadeh. Con Jesse Eisenberg y Kristen Stewart. Salas: Hoyts Abasto, Cinema Devoto, Village Avellaneda
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