jueves, 9 de julio de 2015

Cine en Feriado

Clarin.com

Extra Show

Cine 08/07/15

"Terminator Génesis": Viejo sí, pero obsoleto, no

Crítica: Buena.Rodeado de jóvenes actores, Arnold Schwarzenegger es el centro en esta nueva vuelta de tuerca.

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Arnold modelo 2015. A 31 años de la original, se ríe de sí mismo. FOTO: UIP

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Para quienes tenemos a la Terminator original (1984) de James Cameron como una de las más logradas películas de acción y ciencia ficción, esta Terminator Génesis no puede más que traernos cierta nostalgia. ¿Está mal? No, para nada. No está mal tener nostalgia, y tampoco está mal la película en la que Arnold Schwarzenegger vuelve a cuidar a Sarah Connor, como en la segunda Terminator, porque en la primera, recuerden, Arnie era malo.

En esta incesante e interminable batalla de los humanos contra las máquinas, Terminator Génesis pega otra vuelta de rosca. John Connor, hijo de Sarah, envía desde el futuro a Kyle Reese a salvaguardar a su madre, por 1984. Pero por entonces Sarah no era la madre del líder de los rebeldes, a la que el Terminator malo quiere eliminar para, precisamente, evitar que nazca el paladín de la justicia humana. Así que Kyle conoce a Sarah enviado por su hijo. ¿Se entiende?

Menos mal, porque luego todo se irá complicando con las implicancias de las coordenadas de espacio y tiempo. Desde que J.J. Abrams presentó Lost (qué hará el director con el universo de Star Wars en el Episodio VII es todo una incógnita) y barajó de nuevo la saga de Star Trek, estos saltos son cosa de todos los días. Aquí por momentos parece Volver al futuro, con Marty conociendo a su mamá. Porque -ya dijimos, los viajes temporales irán sumándose- e iremos por 2029, 1984, 2017...

Lo de las identidades cambiadas, los buenos que se transforman en malos (y viceversa) puede parecer una genialidad o una utilización forzada de un mecanismo agotado. Cada espectador sabrá qué apreciar y qué denostar, si cabe, en Terminator Génesis.

Arnold volvió, como prometía en cada una de las tres películas en las que participó (en la cuarta no estuvo) y se lo toma con buen humor. “Soy viejo, no obsoleto”, repite Terminator, quien cada vez que está en foco parece que no pudiera evitar un gag, un chiste o un guiño.

¿La acción es trepidante? Sí. ¿Los efectos son buenos? También. ¿El 3D tiene sentido dramático? Humm, a veces sí, otras es solamente efectista.

En el elenco, Emilia Clarke (Daenerys Targaryen en Game of Thrones) da muy bien como la “nueva” Sarah Connor, lo mismo que Jai Courtney como Kyle. El que parece no pegar es el nuevo John Connor. Jason Clarke, de gran desempeño en El planeta de los simios: Confrontación, o no da con el rol, o tiene los diálogos más inverosímiles, por lo que el director Alan Taylor (Thor: Un mundo oscuro) desperdicia uno de los papeles más ricos de esta película de ciencia ficción.

Lo mejor, claro, viene por el lado de Arnold. Con su ecosistema destrozado, sus chistes berretas o sus salidas ingeniosas, el Terminator Guardián sale a flote de una trama enmarañada, en la que un toque telenovelesco la vuelve más inverosímil de lo que debería.

"Terminator Génesis"

Buena

Acción. EE.UU., 2015. 119’, SAM 13. De Alan Taylor. Con Arnold Schwarzenegger, Jason Clarke, Emilia Clarke Salas Hoyts Abasto, Cinemark Palermo, Belgrano

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Cine 08/07/15

"8 apellidos vascos": La risa, sin fronteras

Crítica: Buena.El mayor éxito del cine español de la historia juega a las diferencias entre un andaluz y una vasca enamorados.

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En la cama, vestiditos. Clara Lago y Dani Rovira, dos a ¿quererse? FOTO: DC

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Emilio Martínez Lázaro,

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Horacio Bilbao

@cordobe

hbilbao@clarin.com

El análisis del megaéxito en el que se convirtió 8 apellidos vascos pasa más por un tema sociológico que cinematográfico. Esa comedia fácil, una historia de amor simplísima, permite una risa catártica sobre temas hechos callo en la mente y el imaginario español. Y el vasco.

Se ríen los vascos, se ríe Sevilla y se ríe España. Se ríen de sus ridiculizadas relaciones, estereotipos y prejuicios. Y porque es película.

Dirigida por Emilio Martínez Lázaro, 8 apellidos... cuenta el inaudito romance entre Rafa (Dani Rovira) y Amaia (Clara Lago). El es un andaluz de pura cepa que nunca salió de Sevilla, ella una vasca cuadrada, orgullosa y dura que estuvo a punto de casarse con otro, y que conoció a Rafa en un bar sevillano mientras éste contaba chistes de vascos. Gastadas anti vascos.

Pero pronto Rafa admitirá que Amaia “no tiene la culpa de ser vasca” y se embarcará en un “peligroso” viaje a Euskadi. Peinado a la gomina, con su ropa formalísima, se muda a conquistarla a territorio enemigo, donde tendrá que hacerse pasar por vasco, cambiar su nombre de Rafa a Antxon, y todo para engañar a Koldo, el particular padre de Amaia, un arrantzale (pescador), bebedor empedernido con 8 apellidos vascos, interpretado magistralmente por el actor Karra Elejalde. Vasquísimo.

La vestimenta, las comidas típicas, las costumbres populares y hasta el imaginario político, todo revuelve esta película que encuentra en el tono cómico y en el contexto del siglo XXI, con un nacionalismo vasco más relajado en muchos aspectos y con una España menos temerosa en otros, la explicación de esta risa conjunta.

Por eso podemos reírnos de Rafa entonando proclamas ridículas como incipiente líder avertzale (patriota). Un jueguito que políticamente no tiene un mayor alcance, pero que en otro tiempo sería osado. Reírse un poco de la kale borroka, de ETA, de ellos mismos. Y de nosotros. Aunque es cierto, son carcajadas para un tema complicado. Otro tema.

Acá hay grandes diálogos, risa al por mayor, y ya lo dijimos, un ataque y exacerbación de los estereotipos. Desde el linaje puramente vasco (de allí vienen los 8 apellidos que Rafa/Antxon tendrá que recitarle al vasquísimo padre de Amaia) hasta las comilonas inagotables, la fama de terroristas, los juegos de pelota, y las mariconadas sevillanas. En la deconstrucción catártica de ese imaginario está el mayor logro del filme. La historia de amor acompaña, pero hasta allí. En ese sentido, es una comedia del montón, oportuna, que exprime una necesidad. La de la risa de España y Euskadi.

"8 apellidos vascos"

Buena

Comedia. España, 2014. SAM 13, 95’. De Emilio Martínez Lázaro. Con Dani Rovira, Clara Lago. Salas: Lorca, Village Recoleta

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Cine 08/07/15

"Mi vieja y querida dama": Son las cosas del querer

Crítica: Buena.Tiene tres actores enormes al frente del elenco, que disimulan una estructura algo teatral y estática.

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Lujo. Kevin Kline y Maggie Smith. FOTO: CDI FILMS

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My Old Lady

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Si debutar como director de cine a los 75 no sólo es inusual, hacerlo con una película casi redonda, con humor agridulce, con una historia de secretos familiares, y con tres actores como Maggie Smith, Kevin Kline y Kristin Scott Thomas, es más que llamativo.

Israel Horowitz fue el guionista de Qué buena madre... es mi padre (Author, Author!), una comedia dramática con Al Pacino, de 1982. Se ve que al hombre le gustan los escritores. Kline es Mathias, un neoyorquino que hereda de su padre una propiedad en París. No tiene mucho más, ya que cuenta en la columna del haber (o del deber) tres divorcios por cada una de sus obras no publicadas. Pero hete aquí que en la casona habita desde hace años una señora (Smith), quien por una cuestión legal no puede abandonar el lugar hasta su muerte.

También allí mora su hija (Scott Thomas), y si esto es una comedia entre dramática y romántica, el segundo aspecto lo tiene que unir evidentemente con la actriz de Cuatro bodas y un funeral. Y charla va, discusión viene, miradas que se cruzan, manos que se tocan, los personajes descubrirán qué tienen en común.

Por momentos la película no disimula una especie de estructura teatral. Esto es, por más que se airee la trama con exteriores, lo esencial sucede entre esas paredes que encierran, en Le Marais, nada menos, y el jardín hermoso, lo que se fue cocinando, tal vez, durante años.

Mi vieja y querida dama es del tipo de película en el que si tiene que pasar algo, será porque un personaje lo diga. También es un filme de acción/reacción, porque cada diálogo dispara un recuerdo entumecido.

Kline debe sobreactuar a Mathias, porque ¿era tan necesario que fuera alcohólico?, y entonces entorpece con mohínes lo que debería surgir con más claridad. Maggie Smith da esas clases de actuación que sigue ofreciendo a sus 80 años, y que viene regalándonos desde los años ’70, cuando se convirtió en toda una dama. Scott Thomas como Chloe tiene el papel menos agraciado y tal vez el más dramático, el que saca adelante con su oficio y ese rostro tan bello que ni los años logran afear.

"Mi vieja y querida dama"

Buena

Comedia dramática. Francia/EE.UU./Reino Unido, 2014. 107’, SAM 16. De Israel Horowitz. Con Maggie Smith, Kevin Kline. Salas: Lorca, ArteMultiplex, Showcase Norcenter

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