jueves, 13 de agosto de 2015

Cine muy bueno y bien recomendado

Clarin.com

Extra Show

Cine 12/08/15

"El Clan": Algo habían hecho

Crítica: Muy buena.Francella y Peter Lanzani son Arquímedes y Alejandro Puccio en el drama con tintes de thriller de Trapero.

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Chau Puccio. Lanzani y Francella, el ángel caído y el diablo. FOTO: FOX

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

El muy difundido trailer de la película es una acabada síntesis, también del comportamiento de la familia Puccio, la que integra el clan del título al que se suman otros delincuentes. Es un plano secuencia en el que el papá (Arquímedes Puccio, interpretado por Guillermo Francella) recoge en una bandeja la cena que llevará, escaleras arriba. Pasa por los cuartos de los hijos, avisándoles que la comida pronto estará lista, y al final de su recorrido, abre una puerta y el espectador se encuentra con un joven que grita, encapuchado y encadenado en el baño.

No por conocida la sórdida historia de esta familia que secuestraba gente adinerada, la tenía en su casa, cobraba el rescate y los asesinaba, deja de generar tensión genuina en la platea. Más aún, seguramente muchos/as de los espectadores/as que irán al cine atraídos/as por Peter Lanzani, que interpreta excepcionalmente a Alejandro, uno de los cinco hijos de Arquímedes y Epifanía, la descubrirán ahora y no podrán salir de su asombro.

Los Puccio integraban una familia de clase media de San Isidro. Una familia de barrio, respetada, con hijos rugbiers, en particular Alejandro, wing del CASI y de Los Pumas. El que tenía los contactos y trabajaba en la SIDE era Arquímedes. El accionar del clan fue entre los últimos años de la dictadura militar y los primeros de la primavera alfonsinista. Los Puccio sabían que tenían protección, pero igual se movían con pies de plomo.

Pablo Trapero eligió centrarse en la relación padre e hijo. En definitiva, la única manera de entrar en la familia y sentir alguna empatía con un personaje es con Alejandro, que es expuesto como utilizado por Arquímedes, y como el que se quiere rebelar de tanta locura.

Pero, se sabe, Alex no se abrió del clan.

Y allí va Trapero, mostrando contradicciones dentro de la tragedia, desnudando hipocresías -a veces de un brochazo, cuando ha sabido ser más sutil- y generando esa incomodidad en el espectador. ¿Queremos que lo atrapen a Alex, o no?

En esa construcción del personaje radica la diferencia del Diablo encarnado por Francella y el ángel caído que es Lanzani. Mientras el primero es rígido hasta en su postura en la mesa, incapaz de pestañear, el segundo es, decididamente, menos frío y más humano. Un joven con un futuro prometedor -en el rugby; en su local de artículos de deportes náuticos; en la familia que con su novia planifica- que por eso se gana rápido al público.

Lanzani -toda una revelación- y Francella mantienen un duelo actoral, de tensiones invariables. Pero cuando Arquímedes “se saca”, Francella mete miedo. Y en serio.

Trapero, un narrador como pocos en el ámbito local, que creció de aquel inicial Nuevo Cine Argentino hasta transformarse, hoy en un realizador del mejor cine que combina lo artístico con su pata comercial, apela a la banda de sonido con temas de la época, que van de Serú Girán a Virus pasando por Creedence. Y genera pequeñas viñetas que pueden recortarse, casi como videoclips. La funcionalidad de la música, entonces, las actuaciones convincentes, la cámara de Julián Apezteguía, el cuidado de la producción, todo hace a un combo que convierte a El Clan en la película argentina (más esperada) del año.

"El Clan"

Muy buena

Drama. Argentina/España, 2015. 108’, SAM 16. De Pablo Trapero. Con Guillermo Francella, Peter Lanzani. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo

 

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Cine 12/08/15

"La piel de Venus" Seducción y masoquismo

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Qué placer da ver un filme de Polanski como La piel de Venus. Porque el realizador de El inquilino y La danza de los vampiros rondaba los 80 años cuando la rodó, y sigue con una fiereza envidiable. ¿Cuántos más realizadores llegan a la edad de retirarse, y siguen actuales, excepto Scorsese?
En su segunda adaptación de una obra teatral al hilo, tras Un Dios salvaje, Polanski tomó La piel de Venus, que a la vez se nutre del libro del austríaco Leopold von Sacher-Masoch, quien se basó en sus propias experiencias. Su patología, que combinaba la sumisión y el fetichismo, derivó en el término masoquismo.

Como servido en bandeja para el director de Repulsión...

Siniestro, inconformista, manipulador. Así es Polanski, y algo de ello está en Thomas, el protagonista masculino de La piel de Venus, encarnado por Mathieu Amalric. Porque es una pieza/película de dos personajes. Thomas está solo en el escenario de un teatro parisino, tras terminar una jornada de casting catastrófica. Llueve afuera. Y allí entra Vanda (tiene el mismo nombre del personaje de la obra), empapada, una mujer que le cae decididamente mal, y se lo hace notar. Actriz que llega tarde al casting, le parece poco culta, vulgar, casi que la desprecia. Pero Vanda demuestra saber de memoria cada línea de la obra, y conocer mucho más que otros el contenido y el significado de ella.
Así es que Thomas acepta a regañadientes hacer la prueba, mientras le miente a su pareja, del otro lado del teléfono, y decide avanzar.
No sabe lo que le espera.

Porque los personajes de La piel de Venus van, curiosamente, como mutando de epidermis. La obra trata precisamente sobre la sumisión y el sadomasoquismo, por lo que quien juega de amo puede en cualquier momento resultar (o decidir ser) esclavo.

Para Polanski seducción y sedición van casi de la mano. Los diálogos tienen una fiereza que en la pantalla llegan con más estridencia que en el teatro. Además, ha sabido destruir, y expandir el ámbito teatral para airearlo sin la necesidad de sacar la cámara fuera de ese lugar. Para ello contó con el director de fotografía Pawel Edelman (su colaborador desde El pianista) y los apuntes musicales de Alexandre Desplat.

Obviamente las actuaciones necesitaban ser como un imán, y lo son. Emmanuelle Seigner, esposa del realizador, le da a Vanda una frescura y una bravura difícil de empardar. Amalric está, como de costumbre, un escalón por debajo de la locura contenida. A su máscara facial -es increíble cómo este hombre cambia de expresión en una misma toma- le agrega una entrega también formidable.

"La piel de Venus"

Muy buena

Drama. Francia/Polonia, 2013. 96’, SAM 16. De Roman Polanski. Con Emmanuelle Seigner, Mathieu Amalric. Salas: Cinemark Palermo, Showcase Belgrano

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Cine 12/08/15

"El capital humano": Nido de buitres

Crítica: Buena.Es un retrato agudo de la codicia humana, con una paleta de tonos que van de la comedia al thriller.

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Drama social. Valeria Golino, una psicóloga contenedora.

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Paolo Virzì

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Gaspar Zimerman

@gasparzimerman

gzimerman@clarin.com

En El capital humano -adaptación de la novela homónima del escritor estadounidense Stephen Amidon- Paolo Virzì (La prima cosa bella, Tutti i santi giorni) cuenta una fábula sobre la codicia, una condición intrínseca de los seres humanos, sin distinción de clases sociales. La historia transcurre en una localidad del norte de Italia, pero podría suceder en cualquier parte y tiene especial resonancia en la Argentina, porque les pone rostro y cuerpo a los tan famosos como anónimos fondos buitre.

El disparador del argumento recuerda al episodio de Relatos salvajes protagonizado por Oscar Martínez: aquí también un accidente de tránsito entrelaza los destinos de tres familias de diferentes estratos. Pero lo fundamental es todo lo que sucede antes y después de ese accidente, hechos que están contados desde los puntos de vista de tres personajes diferentes, en tres capítulos que luego tienen un epílogo común. A la vez que completa el cuadro de situación, ese recurso narrativo permite desnudar las miserias e hipocresías de la burguesía (pequeña y no tanto). En ese marco, hay dos actuaciones que sostienen la película: la de Fabrizio Bentivoglio como el comerciante chanta que busca atajos para salvarse económicamente -un personaje muy argentino- y, sobre todo, la de Valeria Bruni Tedeschi, una suerte de Blue Jasmine a la italiana.

Con una paleta de tonos que van de la comedia al thriller, Virzì retrata con agudeza a esa clase media capaz de cualquier cosa con tal de trepar en la pirámide social, y a los nuevos ricos que ya lograron ascender hasta la cúspide a costa de los demás, mediante la especulación financiera, y no quieren perder sus privilegios. La clase baja tampoco se salva, pero queda mejor parada: es muy difícil en este tipo de películas no sucumbir a la tentación de la bajada de línea y Virzì lo consigue, aunque al final subraya por demás conceptos que ya habían quedado suficientemente claros.

"El capital humano"

Muy buena

Drama. Italia/Francia, 2014. SAM 16, 110’. De Paolo Virzì. Con Valeria Bruni Tedeschi. Salas<. ArteMultiplex, Cinema City General Paz

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Cine 12/08/15

"20.000 días en la Tierra": Monstruo íntimo

Crítica: Muy buena.Transmite la cercanía que necesita el protagonista para mirar su historia desde adentro.

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Creativo. “Lo que hago es mitificar mis historias”, dice Cave.

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Iain Forsythe,

Nick Cave

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Horacio Bilbao

@cordobe

hbilbao@clarin.com

Enrolado en la corriente del docu drama, 20.000 días en la Tierra es un retratro particular de Nick Cave. Icono post punk, héroe del rock alternativo, su historia llega desde Brighton, Inglaterra, su nueva patria, en un viaje en el que Cave nos guía por su mundo interior, ficción dentro del documental, historia de identificaciones.
Los directores Iain Forsyth y Jane Pollard juegan a solapar las entrevistas, a naturalizar y ablandar ciertos procedimientos del documental. Saben que tienen a una leyenda del rock indie en el australiano, que es escritor, músico, compositor y actor, que hará todas estas cosas en el filme para contarse a él mismo.

Creativa, íntima, por momentos en clave de autoanálisis, persigue una palabra clave: transformar. Vamos a seguir entonces a Cave en éste, su supuesto día 20 mil, que empieza en la cama junto a su esposa Susie, “más que una musa”.

Contada en primera persona, la historia avanza a través de monólogos y diálogos, ensayos, repaso de fotografías, terapia, viajes manejando por la lluviosa Brighton, algunas canciones y muy pocos shows. Es el propio Cave quien charla con Kylie Minogue, con su compañero Warren Ellis o el actor Ray Winston, para que hablen de él, de los mundos que comparten. “Un mundo lleno de monstruos... versiones distorsionadas de mí mismo”, dirá Cave, de sus canciones: “Mastico momentos que escupo en forma de canción”.

Una experiencia sexual, el vínculos con sus padres, su infancia, el temor ardiente a perder la memoria. “Lo que hago es mitificar esas historias”, define. Su vida cotidiana, las drogas, el origen de sus bandas, su relación con el público, todo se cruza con un tono oscuro que proviene de él, de la ciudad, gris, y que Cave transforma en un clima. Así nos va jalonando hacia su historia, cantando el Blues del Bosson de Higgs, discutiendo con él mismo, buscando y dando respuestas para un mundo creativo.

"20.000 días en la Tierra"

Muy buena

Documental. Reino Unido, 2014. 97’, SAM 13. De Iain Forsyth y Jane Pollard. Con Nick Cave, Susie Cave, Warren Ellis. Sala: BAMA

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