jueves, 27 de agosto de 2015

Cine

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Cine 26/08/15

"El agente de CIPOL": Caliente como en la Guerra Fría

Crítica: Buena.El director de “Sherlock Holmes” mantuvo la época de la serie de TV original, y construyó una precuela.

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Serios. Napoleon (Cavill) e Illya (Hammer), antes de CIPOL. FOTO: WARNERr

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Con las traslaciones de las series de televisión de los años ‘60 o ’70 al cine, Hollywood hace, más o menos y como siempre, lo que quiere.

Puede cambiar y anexarle personajes a lo largo de la saga (si la primera película anda bien en la taquilla, como es el caso de Misión: Imposible), puede seguirla más o menos al pie de la letra (lo que no le garantiza el éxito: recordar qué paso con Los vengadores, con Ralph Fiennes y Uma Thurman; El Super agente 86, con Steve Carell y Anne Hathaway; o Starsky y Hutch, con una pareja como la de Ben Stiller y Owen Wilson) e igualmente naufragar.

Todo este preámbulo sirve para situar a El agente de CIPOL, que Guy Ritchie dirigió con dos estrellas en ascenso (Henry Cavill como el estadounidense Napoleón Solo) y Armie Hammer (El Llanero solitario) como el soviético Illya Kuryakin), y que decidió mantener en su tiempo original, la Guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.

Como es una película presentación -e igual, que los ejemplos mencionados, si la primera funciona, habrá más- hay que introducir y explicar a los personajes. Entonces casi, casi que parece una precuela: cómo se conocieron estos agentes, las mañas de cada uno (ladrón el yanqui, psicópata el ruso) y la primera misión en común que tienen cuando ni siquiera existía la agencia ni la sigla CIPOL.

Como en las dos Sherlock Holmes que dirigió, el realizador de Snatch, cerdos y diamantes vuelve a acelerar la imagen, inclusive aquí a partirla en cuatro o cinco pantallas a la vez. Allí sí rompe con el status de los años ’60, que tan al pie de la letra había seguido, incluyendo en la banda de sonido clásicos de la época en que trascurre la historia.

Hay unos malos muy malos (italianos) que están fabricando una bomba nuclear, y estarían trabajando con un científico alemán que desapareció en los tiempos de Hitler. Porque los malos muy malos deben ser italianos descendientes de la línea de pensamiento de Mussolini. Así, la hija alemana (la sueca Alicia Vikander) es “sacada” de la Berlín Oriental por Solo. Los jefes de él y de Kuryakin imparten por separado las mismas órdenes: hay que parar la bomba, pero conseguir la fórmula. Y si hace falta eliminar al nuevo compañero, hacerlo.

Ritchie sabe cómo ponerle vértigo a las escenas, aunque filme a la vieja usanza y nada parezca anacrónico. Hay cierto sadismo y escenas increíbles (escapes que sólo pueden ocurrir en una pantalla de cine). Pensando que Tom Cruise pudo hacer el rol de Napoleón Solo -después de que George Clooney y Steven Soderbergh se bajaron del proyecto como protagonista y director-, en fin, que El agente de CIPOL sin ser ninguna maravilla, entretiene siempre.

"El agente de CIPOL"

Buena

Acción. EE.UU./Reino Unido, 2015. 116’, SAM 13. De Guy Ritchie. Con Henry Cavill, Armie Hammer. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo

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Cine 26/08/15

"Omar": Lealtades que valen

Crítica: Muy buena.La primera película palestina candidata a un Oscar es un thriller con tintes político y también romántico.

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Nadia y Omar. Un amor en medio de un conflicto en Oriente Medio. FOTO: MIRADA

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El conflicto entre palestinos e israelíes ha tenido en el cine distintas maneras de abordaje, y la de Omar parece de las más sensible, o al menos fácil de atender. Porque los personajes palestinos sienten la ocupación israelí e integran la resistencia, y la película no se queda en cuestiones políticas, sino en los lazos que los unen, en una historia -convengamos, fuerte-, pero también de amor.

Hay tres jóvenes amigos. Tarek (Eyad Hourani) es hermano de Nadia (Leem Lubany), de quien están enamorados los otros dos, Amjad (Samer Bisharat) y Omar (Adam Bakri). Los hombres son militantes de una brigada de la resistencia, y tras el asesinato de un soldado israelí, Omar es capturado y puesto en prisión. Torturado, no rebelará quién apretó el gatillo.

Pero Rami (Waleed Zuaiter), el oficial israelí que tiene su caso, lo pone contra la pared. Si no coopera e informa quién fue, pasará la vida encerrado, sin poder ver a su amada ni a sus seres queridos.

A partir de allí, Omar -que fue la primera película palestina en ser candidata al Oscar al mejor filme hablado en idioma extranjero, el año pasado, lauro que gano La grande bellezza- dejará más claros sus temas. Los dilemas de la lealtad, los de la amistad y el amor, y los de la patria.

El filme de Hany Abu-Assad (El paraíso ahora), palestino nacido en Nazareth, es una suerte de thriller con un costado romántico.

Omar, que se mantiene en buena forma pese a las torturas, también tiene que cuidarse entre su propia gente, ya que algunos lo señalan como un traidor. Porque ¿cómo es que lo dejaron en libertad? ¿Es porque es un soplón?

Todo el entorno está politizado. Las estrechas calles por las que en más de una oportunidad Omar debe correr, huir de las fuerzas enemigas, el muro que separa, todo se recorta con las colinas, la topografía original se ve también shockeada con la que imponen los hombres.

Cada vez que Omar, o Nadia o el personaje que se elija abre la boca, el que lo escucha no sabe si está diciendo la verdad, o no. Están inmersos en una situación en la que la deslealtad parece más común que la confianza.

Omar no es un alegato, es un drama con su costado romántico, un filme de ambiciones precisas, cuyo desenlace es abrupto. Tanto -¿hay solución posible al conflicto entre israelíes y palestinos?- como el que la historia que cuenta ameritaba.

"Omar"

Muy buena

Drama. Palestina, 2013. 98’, SAM 16. De Hany Abu-Assad. Con Adam Bakri, Leem Lubani, Eyad Hourani. Salas: Lorca, Cinema City General Paz, BAMA

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Cine 26/08/15

"Los 33": Los mineros, en filme necesario

Crítica: Buena.La historia real de los trabajadores que estuvieron 69 días bajo tierra, compactada y con clisés.

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Con Banderas a la cabeza. Es Mario Sepúlveda, líder de los mineros. FOTO: Fox

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Raro, curioso efecto el que produce Los 33, la película dirigida por Patricia Riggen sobre el mítico caso de los mineros chilenos sepultados 700 metros bajo tierra durante 69 días. Más allá de la factura del filme, en la media de las películas de Hollywood, plagado de lugares comunes, más allá de la condescendencia política y de la elección maniquea de héroes y villanos, es imposible sustraerse a la reflexión que provoca esta historia compactada, ficcionalizada en ésa, una película necesaria.

Basada en el libro de Héctor Tobar, la película elige tres escenarios para contar la historia. El drama bajo tierra tras el derrumbe en agosto de 2010, donde 33 mineros, proletarios, explotados, arrasados por su sociedad, de pronto entran en la órbita de un mundo que les daba la espalda. El drama de las familias, arriba, en el campamento que bautizaron Esperanza, y que empujó al Gobierno a no abandonar a los mineros pese a su suerte incierta, dados por muertos varias veces, durante los primeros días. Y el de la política, glorificando sin disimulo a un ministro del gobierno de Piñera, Laurence Golborne (Rodrigo Santoro), hecho que el Gobierno, y tal vez esta película, usaron como propaganda.

Es una historia enorme, la propia condición humana en tiempos del capitalismo feroz, las miserias y las virtudes de una raza, la humana, entre la muerte y la resurrección. Sabemos que los mineros hicieron un pacto para contar esta historia de manera colectiva. Y lo que aquí vemos es una simplificación de ese relato, la imposición de un líder natural como Mario Sepúlveda (Antonio Banderas) por sobre la burocrática jerarquía empresarial. Después, el exceso de lugar común, representado en miradas sostenidas, en espíritus inquebrantables, hasta en un Hollywood que descubrió a Violeta Parra y a Silvio Rodríguez. Y el fervor patriótico, que existe y existió, y la tentación del dinero, y el uso político y el racismo latinoamericano puesto a prueba. Y Juliette Binoche vendiendo empanadas, y todos estos “chilenos” hablando en inglés, con sus mujeres luciendo hermosas a la intemperie.

Reconstrucción necesaria de una historia increíble, con imágenes maravillosas del desierto de Atacama, con la recreación impecable del rescate en la mina, con un grupo de mineros innecesariamente idealizados (no hay un solo conflicto entre ellos). Emoción y belleza pese a las trivialidades. Y evidencia del funcionamiento de un mundo hecho pedazos. Y esperanza de una pregunta que ojalá surja. ¿Qué haría usted si pudiera resucitar?

"Los 33"

Buena

Drama. EE.UU./Chile, 2015. 127’, ATP R y L. De Patricia Riggen. Con Rodrigo Santoro, Antonio Banderas. Salas: Hoyts Abasto, Monumental

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Cine 26/08/15

“Boca Juniors 3D, la película”: Sólo para fanáticos

Crítica: Buena.La dificultad de contar una historia enorme y decisiones cuestionables, se superan con imágenes atrapantes.

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Fuegos artificiales. El filme muestra lo que el hincha quiere ver. FOTO: UIP

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Rodrigo Vila,

“Boca Juniors 3D

Boca Juniors 3D, la película, hace honor a una máxima fácilmente verificable. Cada espectador mantiene una relación única con lo que ve en la pantalla. Por eso mismo ses mejor para hablar del filme verlo con un fanático de Boca. Es fácil intuir que el resultado, para quien escribe y para Maxi, iba a ser bien diferente. Lo fue: él salió contento.

En tono de broma Maxi comentó que era imperdonable lo que le habían hecho al Pampa Calvo dejándolo afuera, “el jugador que más títulos obtuvo con esta camiseta”. Pero durante la proyección, el tipo estaba serenamente emocionado, como cuando prende el fuego para el asado.

Con la película, el hincha de Boca revive la historia épica de su club. Le muestran los grandes goles, las copas, el barrio, la gente de manera espectacular, y encima varios ídolos del club cuentan sus sensaciones. Es tenerlos ahí.

Incluso a Bianchi, Maradona y Riquelme, que no participan de las entrevistas del filme, pero que llegan a través del archivo. Sin especular sobre su ausencia, vale decir que la película no aborda un solo conflicto del club, ni de las barras, ni el cabaret de los jugadores, ni las épocas aciagas. Son todos goles épicos y vueltas olímpicas. Están en su derecho.

Hay algo de política también, porque la pata periodística y la dirigencial (como lo dijo antes un colega), están en manos de dos hombres del PRO, Fernando Niembro y Mauricio Macri, a quien nadie va a discutirle que el club ganó todo durante su presidencia, pero de allí a compartir el cartel con los ídolos hay un camino largo (¿hasta octubre?).

Sólo un par de anécdotas, contadas por Carlos Tevez y Navarro Montoya, revelan situaciones contextuales menos conocidas, un tinte social que brilla por su ausencia en el resto del filme. En ese sentido, el documental no aporta una sola primicia, nada que un buen hincha de Boca como Maxi no supiera de antemano. Lo desconocido está en la historia, quizá por lejana y escasa de registros, en las anécdotas menos mentadas, aunque varias de ellas han sido contadas ya en libros como el de la periodista Marina Zucchi (Desde el alma, Capital intelectual).

Ya nombramos los aciertos, pero también hay decisiones discutibles, como poner placas con el resultado del partido antes de mostrar lo que ocurre en la cancha, o elegir a un personaje de ficción para llevar la historia. Schiavi tiene razón cuando dice que el tal Funes, un ratón de biblioteca que supuestamente conoce la historia más que nadie, es un fantasma. Ya sabemos lo que Borges decía de Funes el memorioso. De cualquier manera, si usted es hincha de Boca, vaya, vea y grite, le muestran lo que quiere ver.

"Boca Juniors 3D, la película"

Buena

Documental. Argentina, 2015. 108’, ATP. De Rodrigo Vila. Salas: Monumental, Hoyts Dot

sábado, 22 de agosto de 2015

Daniel Rabinovich

Daniel Rabinovich, el escribano que hacía reír

Homenaje

Daniel Abraham Rabinovich Aratuz (alias Neneco) había nacido el 18 de noviembre de 1943 en el barrio de Vicente López. Escribano de profesión, lejos estuvo de dedicarse a "ese trabajo gris". Ante todo, lo suyo fue hacer reír con Les Luthiers. Además tuvo participaciones actorales en cine y televisión.

Daniel Rabinovich, integrande el conjunto humoristico Les Luthiers.

Daniel Rabinovich, integrande el conjunto humoristico Les Luthiers.

Nacido en Buenos Aires el 18 de noviembre de 1943, Daniel Abraham Rabinovich Aratuz, alias Neneco, escribano de profesión, fue uno de los creadores de Les Luthiers en 1967 junto a Marcos Mundstock, Gerardo Masana, Jorge Maronna y Carlos Núñez Cortés. Con Mundstock como socio, su popularidad creció, y dirigía la mayoría de los actos presentados por el grupo en cada espectáculo.

Además de sus cualidades como actor, su formación musical le permitió tocar muy bien la guitarra y también el violín, y de instrumentos creados por Les Luthiers como el "bass-pipe a vara", "calephone" o la "Gaita de Cámara". En sus años de escuela secundaria formó un grupo folklórico que se llamó Los Amanecidos. Conoció a los futuros integrantes de Les Luthiers en el coro de la Facultad de Ingeniería, mientras cursaba su carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. En los comienzos del grupo cantaba y tocaba la guitarra y el latín (parodia del violín), aunque rápidamente fue ganando protagonismo actoral.

"No escribía ni componía música, pero al final, cuando había que ponerle la frutilla al postre, tenía un montón de frutillas. Es, fue y será integrante por siempre de Les Luthiers", lo despidió hoy Lino Patalano.

Rabinovich incursionó también en la televisión y en el cine, y hasta publicó dos libros de relatos, Cuentos en serio y El silencio del final, que tuvo muy buena recepción en la crítica. Entre otras emisiones, participó de los ciclos televisivos de humor "Peor es Nada", conducido por Jorge Guinzburg y Horacio Fontova, "Juana y sus hermanas" (1991), "La Argentina de Tato" (1999), y en la serie "La dueña" (2012), que marcó el regreso de Mirtha Legrand a la TV luego de 46 años.

Leé también - "Nos llevamos re-bien, quizás porque somos cinco viejos chotos"

En tanto, en cine tuvo pequeñas apariciones en "Espérame mucho" (1983), "Cine Negro" (2007), "¿Quién dice que es fácil?" (2007), "Mi primera boda" (2011), "Extraños en la noche" (2012) y "Papeles en el viento", la película basada en la novela de Eduardo Sacheri que fue estrenada este año.

La imagen de un Rabinovich sonriente y emocionado, abrazado a una guitarra, da vueltas hoy en las redes sociales, donde sus espectadores más fieles lamentan la muerte de quien los hizo reír en innumerables espectáculos de lo que él definía como "humor inteligente".

En la página web de Les Luthiers se cuenta que "su bisabuelo, que llegó a la Argentina desde Besarabia (hoy Moldavia), no había hecho el servicio militar porque era rabino, por lo cual compró el documento de un muerto -de apellido Rabinovich- para poder salir de su país".

Así evocaba su infancia el propio Rabinovich: "Me crié en el Palacio de los Patos, un complejo de viviendas ubicado en Ugarteche y Las Heras, en Buenos Aires, donde viví hasta los 18 años. Allí había varios folcloristas, que me dejaban asistir a sus reuniones. Fue donde por primera vez escuché cantar a voces y tocar la guitarra".

Al hablar de Les Luthiers, Rabinovich lo describía así: "Nos sentamos a hacer un espectáculo y tratamos de que nos salga lo más lindo posible. Convengamos que no es un humor trillado, es un humor inteligente, por decirlo de alguna manera. Lo que nos interesa es que la gente se muera de risa y sonrisa".

Daniel Rabinovich se casó con Susana, con quien tuvo dos hijos, Inés y Fernando. Vivían en Vicente López, en una casa que cada tanto le gustaba redecorar y en donde disfrutaba de construir nuevos espacios, como la bodega que hizo con sus propias manos en el garage o el altillo que convirtió en su espacio personal.

jueves, 20 de agosto de 2015

Cine del bueno

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19/08/15

"El Principito": No quería ser mayor

Crítica: Muy buena.El director de “Kung Fu Panda” supo trasladar la pureza de la historia y de los personajes de Saint-Exupéry.

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Distintos tipos de animación. Son las que confluyen en “El Principito”. FOTO. ALFA

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Con El Principito cada lector ha construido una relación y una ligazón única e irrepetible. Sabe qué frase le ha conmovido más, cuál le ha servido de guía si lo leyó de pequeño, o de grande, así que cualquier adaptación del libro de Antoine de Saint-Exupéry podrá, siempre, parecer ajena.

Pero no lejana. No, si precisamente lo que se hace es adaptar el libro contando cómo la experiencia de su lectura afectó a quién narra.

Y eso es lo que ha hecho Mark Osborne. Por un lado, el director de Kung Fu Panda creó una historia para a su vez contar en paralelo la de El Principito. La realizó con animación en CGI, y resguardó los personajes y la historia que está en el libro para hacerla con la técnica de stop motion. Ningún niño ni adulto puede confundirse.

La que abre el filme es la de La Niña, que se muda con su madre -el padre los dejó- justamente al lado de la casa de El Aviador. El barrio es más bien cuadrado, como el comportamiento de los adultos, nos dice el director, pero la destartalada casita de El Aviador está llena de secretos, que La Niña, pasada una primera instancia de retraimiento, empezará a descubrir. Y a disfrutar.

Este El Principito es la historia de una amistad entre una niña. a la que su madre obliga a crecer y a superarse, con un hombre que, ya anciano, mantiene el espíritu y la mirada de un niño. Como para comprender que las personalidades no varían de acuerdo a los almanaques, sino a lo que uno mantiene fresco en su mente, en su corazón, en su espíritu.

“Crecer no es el problema, olvidar lo es...”, dice el autor, aquí también citado. Como la historia nueva debe tener sus propios códigos -hay drama, comedia, y unos cuántos guiños con el relato original- es fácil dejarse llevar, y perderse (en un buen sentido) entre lo que le pasa a El Principito y a La Niña.

Y dejen a los chicos armar su propia relación, elaborar sus paralelos entre los personajes, las metáforas, y apropiarse de la narración. El Principito, la película, tiene mucha emoción, Osborne supo cómo trasladar la pureza de la historia y de los personajes aunque haya tenido que abreviar.

Y lo mejor, es posible que los chicos quieran zambullirse ellos mismos en la lectura del libro de Saint-Exupéry, y a los adultos pegarle una nueva ojeada no nos vendrá nada mal.

"El Principito"

Muy buena

Animación. Francia, 2015. 106’, ATP. De Mark Osborne. Salas: Cinemark Palermo, Hoyts Abasto, Showcase Norcenter

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Cine

19/08/15

"Revancha": Por algo se llama Esperanza

Crítica: Buena.La impresionante actuación de Jake Gyllenhaal como Billy Hope sobresale en este filme de redención casi incondicional.

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Fajado. Gyllenhaal, con Rachel McAdams, esposa en la ficción. FOTO: DIAMOND FILMS

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Southpaw

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Las películas con un boxeador en el centro (de la historia, no necesariamente del ring) suelen ser convencionales, más o menos así: el púgil se esfuerza, asciende, pierde (el orden de los factores no altera el producto), tiene una mujer que lo ama, en su rincón, un entrenador inspirador, hay un manager inescrupuloso y en medio el filme aparecen peleas mejor o peor coreografiadas.

Revancha puede encuadrarse en este subgénero deportivo, pero lo que la rescata es la construcción de Billy Hope (Billy Esperanza), el personaje, y que sea Jake Gyllenhaal quien lo interprete.

Hope es un tipo sufrido, un sangrador en el ring pero con un punch terrible. De los ítems arriba mencionados tiene todos, pero Revancha es más una tragedia que un filme deportivo o sentimentaloide.

El boxeador con su esposa (Rachel McAdams) viven en una mansión soñada, que ni siquiera hubieran imaginado cuando salieron de orfanatos del Hell’s Kitchen, muy cerca del Madison Square Garden donde Hope defiende su título mundial en la primera pelea que vemos. Tienen una hija adorable. Tenían, porque Hope -que es parco para hablar y expresarse, aunque no a la manera de Rocky- lo perderá todo. Aquí el orden lo pondrá le espectador: su mujer, su título, su casa, la tenencia de su hija (Oona Laurence).

Antoine Fuqua (Día de entrenamiento) conoce el mundo del boxeo, y cuando decidió contratar al actor de Secreto en la montaña le avisó que lo fajarían de verdad. Gyllenhaal habrá esculpido su físico, pero también le esculpieron la cara.

Aunque, insistimos, es Gyllenhaal el motor sobre el que camina Revancha. También están Forest Whitaker, filosofando y con aire melancólico, McAdams como la voz que intenta poner a Hope con los pies en la Tierra, un tema de Eminem, y está 50 Cents, y la música del fallecido James Horner, a quien le dedican el filme. Todo suma, pero el espectáculo está en Gyllenhaal, en cómo este tipo es capaz de convertir un guión poco verosímil en un alarde de talento. Porque aquí el personaje supera a la ficción, y cada uno sabrá si eso es lo más recomendable.

"Revancha"

Buena

Drama. EE.UU., 2015. 125’, SAM 13 R. De Antoine Fuqua. Con Jake Gyllenhaal, Rachel McAdams, Forest Whitaker. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo, Belgrano

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Cine

19/08/15

“NEY: Nosotros, ellos y yo”: Postal de una guerra sin fin

Crítica: Buena.Gracias a su mirada desprejuiciada, Avruj consiguió interesantes testimonios de israelíes y palestinos.

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Nicolás Avruj. En 2000, cuando viajó a Israel y Palestina.

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“NEY: Nosotros

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Gaspar Zimerman

@gasparzimerman

gzimerman@clarin.com

En el año 2000, Nicolás Avruj se fue de viaje a Israel para visitar, de sorpresa, a un primo que vivía allá. La sorpresa se la llevó él, porque el primo justo había viajado por un tiempo a la Argentina, pero Avruj decidió esperarlo hasta que volviera y mientras tanto recorrer el país, cámara en mano. Quince años después se reencontró con las filmaciones que hizo durante esos meses y que, por diversos motivos, no había editado hasta ahora. El resultado es NEY: Nosotros, ellos y yo, un retrato desprejuiciado del conflicto palestino-israelí.

“Hace quince años que empecé a grabar este documental y todavía detesto que me pregunten si soy pro israelí o pro palestino”, dice Avruj al comienzo de su opera prima. Una declaración de principios que es el mayor mérito de esta película en primera persona: el narrador, a pesar de ser judío y provenir de una familia sionista, se ubica genuinamente en un punto equidistante entre las partes en pugna. Con una mirada tan curiosa como inconsciente, Avruj fue viajando casi azarosamente por Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania, y fue entrevistando a la gente que le daba alojamiento. Así, nos enteramos de la opinión de ciudadanos comunes sobre la disputa entre ambos pueblos, en charlas que son ricas sobre todo porque Avruj pregunta para enterarse, sin ánimo confrontativo. Y obtiene definiciones profundas y sinceras, como ésta de un palestino: “Toda nuestra vida es un problema basado en otro problema. Como los edificios: piedra sobre piedra, problema sobre problema. Muerto sobre muerto sobre muerto, todo se convierte en conflicto”.

Quizás antes de entrar al cine sea conveniente estar enterado de algunos aspectos básicos de la situación política de la región, porque la película no aporta datos duros ni demasiada información que contextualice las imágenes y los diálogos. Tampoco hay una actualización temporal de lo que ocurrió durante estos quince años (aunque tal vez nada haya cambiado demasiado). NEY funciona, entonces, como una fotografía personal del estado de las cosas en el año 2000. Una cautivante postal de una guerra que parece no tener fin.

NEY: Nosotros, ellos y yo

Buena

Documental. Argentina/Israel/Palestina, 2015. ATP L, 84’. De Nicolás Avruj. Salas: Arte Multiplex Belgrano y BAMA Cine Arte

jueves, 13 de agosto de 2015

Cine muy bueno y bien recomendado

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Cine 12/08/15

"El Clan": Algo habían hecho

Crítica: Muy buena.Francella y Peter Lanzani son Arquímedes y Alejandro Puccio en el drama con tintes de thriller de Trapero.

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Chau Puccio. Lanzani y Francella, el ángel caído y el diablo. FOTO: FOX

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Pablo O. Scholz

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El muy difundido trailer de la película es una acabada síntesis, también del comportamiento de la familia Puccio, la que integra el clan del título al que se suman otros delincuentes. Es un plano secuencia en el que el papá (Arquímedes Puccio, interpretado por Guillermo Francella) recoge en una bandeja la cena que llevará, escaleras arriba. Pasa por los cuartos de los hijos, avisándoles que la comida pronto estará lista, y al final de su recorrido, abre una puerta y el espectador se encuentra con un joven que grita, encapuchado y encadenado en el baño.

No por conocida la sórdida historia de esta familia que secuestraba gente adinerada, la tenía en su casa, cobraba el rescate y los asesinaba, deja de generar tensión genuina en la platea. Más aún, seguramente muchos/as de los espectadores/as que irán al cine atraídos/as por Peter Lanzani, que interpreta excepcionalmente a Alejandro, uno de los cinco hijos de Arquímedes y Epifanía, la descubrirán ahora y no podrán salir de su asombro.

Los Puccio integraban una familia de clase media de San Isidro. Una familia de barrio, respetada, con hijos rugbiers, en particular Alejandro, wing del CASI y de Los Pumas. El que tenía los contactos y trabajaba en la SIDE era Arquímedes. El accionar del clan fue entre los últimos años de la dictadura militar y los primeros de la primavera alfonsinista. Los Puccio sabían que tenían protección, pero igual se movían con pies de plomo.

Pablo Trapero eligió centrarse en la relación padre e hijo. En definitiva, la única manera de entrar en la familia y sentir alguna empatía con un personaje es con Alejandro, que es expuesto como utilizado por Arquímedes, y como el que se quiere rebelar de tanta locura.

Pero, se sabe, Alex no se abrió del clan.

Y allí va Trapero, mostrando contradicciones dentro de la tragedia, desnudando hipocresías -a veces de un brochazo, cuando ha sabido ser más sutil- y generando esa incomodidad en el espectador. ¿Queremos que lo atrapen a Alex, o no?

En esa construcción del personaje radica la diferencia del Diablo encarnado por Francella y el ángel caído que es Lanzani. Mientras el primero es rígido hasta en su postura en la mesa, incapaz de pestañear, el segundo es, decididamente, menos frío y más humano. Un joven con un futuro prometedor -en el rugby; en su local de artículos de deportes náuticos; en la familia que con su novia planifica- que por eso se gana rápido al público.

Lanzani -toda una revelación- y Francella mantienen un duelo actoral, de tensiones invariables. Pero cuando Arquímedes “se saca”, Francella mete miedo. Y en serio.

Trapero, un narrador como pocos en el ámbito local, que creció de aquel inicial Nuevo Cine Argentino hasta transformarse, hoy en un realizador del mejor cine que combina lo artístico con su pata comercial, apela a la banda de sonido con temas de la época, que van de Serú Girán a Virus pasando por Creedence. Y genera pequeñas viñetas que pueden recortarse, casi como videoclips. La funcionalidad de la música, entonces, las actuaciones convincentes, la cámara de Julián Apezteguía, el cuidado de la producción, todo hace a un combo que convierte a El Clan en la película argentina (más esperada) del año.

"El Clan"

Muy buena

Drama. Argentina/España, 2015. 108’, SAM 16. De Pablo Trapero. Con Guillermo Francella, Peter Lanzani. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo

 

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Cine 12/08/15

"La piel de Venus" Seducción y masoquismo

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

Qué placer da ver un filme de Polanski como La piel de Venus. Porque el realizador de El inquilino y La danza de los vampiros rondaba los 80 años cuando la rodó, y sigue con una fiereza envidiable. ¿Cuántos más realizadores llegan a la edad de retirarse, y siguen actuales, excepto Scorsese?
En su segunda adaptación de una obra teatral al hilo, tras Un Dios salvaje, Polanski tomó La piel de Venus, que a la vez se nutre del libro del austríaco Leopold von Sacher-Masoch, quien se basó en sus propias experiencias. Su patología, que combinaba la sumisión y el fetichismo, derivó en el término masoquismo.

Como servido en bandeja para el director de Repulsión...

Siniestro, inconformista, manipulador. Así es Polanski, y algo de ello está en Thomas, el protagonista masculino de La piel de Venus, encarnado por Mathieu Amalric. Porque es una pieza/película de dos personajes. Thomas está solo en el escenario de un teatro parisino, tras terminar una jornada de casting catastrófica. Llueve afuera. Y allí entra Vanda (tiene el mismo nombre del personaje de la obra), empapada, una mujer que le cae decididamente mal, y se lo hace notar. Actriz que llega tarde al casting, le parece poco culta, vulgar, casi que la desprecia. Pero Vanda demuestra saber de memoria cada línea de la obra, y conocer mucho más que otros el contenido y el significado de ella.
Así es que Thomas acepta a regañadientes hacer la prueba, mientras le miente a su pareja, del otro lado del teléfono, y decide avanzar.
No sabe lo que le espera.

Porque los personajes de La piel de Venus van, curiosamente, como mutando de epidermis. La obra trata precisamente sobre la sumisión y el sadomasoquismo, por lo que quien juega de amo puede en cualquier momento resultar (o decidir ser) esclavo.

Para Polanski seducción y sedición van casi de la mano. Los diálogos tienen una fiereza que en la pantalla llegan con más estridencia que en el teatro. Además, ha sabido destruir, y expandir el ámbito teatral para airearlo sin la necesidad de sacar la cámara fuera de ese lugar. Para ello contó con el director de fotografía Pawel Edelman (su colaborador desde El pianista) y los apuntes musicales de Alexandre Desplat.

Obviamente las actuaciones necesitaban ser como un imán, y lo son. Emmanuelle Seigner, esposa del realizador, le da a Vanda una frescura y una bravura difícil de empardar. Amalric está, como de costumbre, un escalón por debajo de la locura contenida. A su máscara facial -es increíble cómo este hombre cambia de expresión en una misma toma- le agrega una entrega también formidable.

"La piel de Venus"

Muy buena

Drama. Francia/Polonia, 2013. 96’, SAM 16. De Roman Polanski. Con Emmanuelle Seigner, Mathieu Amalric. Salas: Cinemark Palermo, Showcase Belgrano

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Extra Show

Cine 12/08/15

"El capital humano": Nido de buitres

Crítica: Buena.Es un retrato agudo de la codicia humana, con una paleta de tonos que van de la comedia al thriller.

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Drama social. Valeria Golino, una psicóloga contenedora.

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Crítica de cine,

El capital humano,

Il capitale umano,

Paolo Virzì

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Gaspar Zimerman

@gasparzimerman

gzimerman@clarin.com

En El capital humano -adaptación de la novela homónima del escritor estadounidense Stephen Amidon- Paolo Virzì (La prima cosa bella, Tutti i santi giorni) cuenta una fábula sobre la codicia, una condición intrínseca de los seres humanos, sin distinción de clases sociales. La historia transcurre en una localidad del norte de Italia, pero podría suceder en cualquier parte y tiene especial resonancia en la Argentina, porque les pone rostro y cuerpo a los tan famosos como anónimos fondos buitre.

El disparador del argumento recuerda al episodio de Relatos salvajes protagonizado por Oscar Martínez: aquí también un accidente de tránsito entrelaza los destinos de tres familias de diferentes estratos. Pero lo fundamental es todo lo que sucede antes y después de ese accidente, hechos que están contados desde los puntos de vista de tres personajes diferentes, en tres capítulos que luego tienen un epílogo común. A la vez que completa el cuadro de situación, ese recurso narrativo permite desnudar las miserias e hipocresías de la burguesía (pequeña y no tanto). En ese marco, hay dos actuaciones que sostienen la película: la de Fabrizio Bentivoglio como el comerciante chanta que busca atajos para salvarse económicamente -un personaje muy argentino- y, sobre todo, la de Valeria Bruni Tedeschi, una suerte de Blue Jasmine a la italiana.

Con una paleta de tonos que van de la comedia al thriller, Virzì retrata con agudeza a esa clase media capaz de cualquier cosa con tal de trepar en la pirámide social, y a los nuevos ricos que ya lograron ascender hasta la cúspide a costa de los demás, mediante la especulación financiera, y no quieren perder sus privilegios. La clase baja tampoco se salva, pero queda mejor parada: es muy difícil en este tipo de películas no sucumbir a la tentación de la bajada de línea y Virzì lo consigue, aunque al final subraya por demás conceptos que ya habían quedado suficientemente claros.

"El capital humano"

Muy buena

Drama. Italia/Francia, 2014. SAM 16, 110’. De Paolo Virzì. Con Valeria Bruni Tedeschi. Salas<. ArteMultiplex, Cinema City General Paz

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Cine 12/08/15

"20.000 días en la Tierra": Monstruo íntimo

Crítica: Muy buena.Transmite la cercanía que necesita el protagonista para mirar su historia desde adentro.

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Creativo. “Lo que hago es mitificar mis historias”, dice Cave.

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Crítica de cine,

Iain Forsythe,

Nick Cave

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Horacio Bilbao

@cordobe

hbilbao@clarin.com

Enrolado en la corriente del docu drama, 20.000 días en la Tierra es un retratro particular de Nick Cave. Icono post punk, héroe del rock alternativo, su historia llega desde Brighton, Inglaterra, su nueva patria, en un viaje en el que Cave nos guía por su mundo interior, ficción dentro del documental, historia de identificaciones.
Los directores Iain Forsyth y Jane Pollard juegan a solapar las entrevistas, a naturalizar y ablandar ciertos procedimientos del documental. Saben que tienen a una leyenda del rock indie en el australiano, que es escritor, músico, compositor y actor, que hará todas estas cosas en el filme para contarse a él mismo.

Creativa, íntima, por momentos en clave de autoanálisis, persigue una palabra clave: transformar. Vamos a seguir entonces a Cave en éste, su supuesto día 20 mil, que empieza en la cama junto a su esposa Susie, “más que una musa”.

Contada en primera persona, la historia avanza a través de monólogos y diálogos, ensayos, repaso de fotografías, terapia, viajes manejando por la lluviosa Brighton, algunas canciones y muy pocos shows. Es el propio Cave quien charla con Kylie Minogue, con su compañero Warren Ellis o el actor Ray Winston, para que hablen de él, de los mundos que comparten. “Un mundo lleno de monstruos... versiones distorsionadas de mí mismo”, dirá Cave, de sus canciones: “Mastico momentos que escupo en forma de canción”.

Una experiencia sexual, el vínculos con sus padres, su infancia, el temor ardiente a perder la memoria. “Lo que hago es mitificar esas historias”, define. Su vida cotidiana, las drogas, el origen de sus bandas, su relación con el público, todo se cruza con un tono oscuro que proviene de él, de la ciudad, gris, y que Cave transforma en un clima. Así nos va jalonando hacia su historia, cantando el Blues del Bosson de Higgs, discutiendo con él mismo, buscando y dando respuestas para un mundo creativo.

"20.000 días en la Tierra"

Muy buena

Documental. Reino Unido, 2014. 97’, SAM 13. De Iain Forsyth y Jane Pollard. Con Nick Cave, Susie Cave, Warren Ellis. Sala: BAMA

jueves, 6 de agosto de 2015

Cine

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Cine

05/08/15

"Mariposa": Un pentágono amoroso

Crítica: Buena.El aleteo de una mariposa divide dos historias que suceden en el mismo lugar y con mismos protagonistas.

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Ailín Salas. Objeto del deseo en las dos historias paralelas.

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Crítica de cine,

Gaspar Zimerman,

Marco Berger,

Mariposa

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Gaspar Zimerman

@gasparzimerman

gzimerman@clarin.com

Mariposa aborda una temática de por sí atractiva -los primeros amores y el despertar sexual- mediante una estructura narrativa magnética: la de los mundos paralelos. El aleteo de una mariposa divide, de entrada, dos historias que suceden en el mismo lugar y con los mismos protagonistas: en una realidad, Romina (Ailín Salas) y Germán (Javier De Pietro) son dos hermanos adoptivos que sienten una atracción mutua a pesar de estar en pareja con terceros; en la otra realidad la situación es parecida, pero hay algunas variantes (la mayor es que ellos no tienen parentesco, sino que se conocen por casualidad).

Esta forma de contar obliga al espectador a estar muy atento, sobre todo al principio. Las dos historias están intercaladas con gran pericia y los saltos son imperceptibles; el cambio de aspecto de los protagonistas es lo que permite diferenciar a una de la otra. La teoría que parece subyacer es el fatalismo: lo que está destinado a ocurrir, ocurrirá de cualquier modo. Pero el acento no está puesto en la especulación filosófica-temporal, sino en la tensión sexual entre los personajes.

Marco Berger ya ha demostrado en anteriores películas (Plan B, Ausente, Hawaii) tener una sensibilidad especial para contar con sutileza juegos de seducción, la "onda" y el rechazo. Aquí vuelve a desplegar esa habilidad para darle vuelo a este pentágono amoroso pueblerino entre adolescentes. Y, más allá de que quizá la historia se extiende demasiado y no tiene un final acorde a su desarrollo, Berger consigue sumergirnos en un excitante e inocente mundo.

"Mariposa"

Buena

Drama. Argentina, 2015. 109’, SAM 16. De: Marco Berger. Con: Ailín Salas, Javier de Pietro. Salas: Gaumont, Cinemark Palermo, Hoyts Quilmes, Village Avellaneda

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Cine

05/08/15

"La princesa de Francia": Manipulame, que me gusta

Crítica: Muy buena.Cruza entre el universo de Shakespeare y el amor entre jóvenes, en un filme embelesador.

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Musas o amores. Las mujeres, con un rol fundamental en el filme.

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Crítica de cine,

La princesa de Francia,

Matías Piñeiro

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Pablo O. Scholz

pscholz@clarin.com

La sutileza con que Matías Piñeiro envuelve los diálogos y con ellos las situaciones que atraviesan los personajes de La princesa de Francia vuelve a la película entre embelesadora y circular. La estructura atiende a ello: hay un protagonista central (Víctor) y una suerte de acompañantes, actrices, que giran a su alrededor... y él también resulta por momentos satélite de ellas.

La manipulación de afectos -y con ello, de situaciones-, los celos amorosos y profesionales, el ego, la necesidad de amar, todo ello pasa tamizado entre conversaciones que se repiten, algunas dichos por otros personajes, o con mínimas variaciones.

Víctor (Julián Larquier Tellarini) se va de viaje un año a México, y cuando regresa, planea reunirse con Guillermo y seis actrices para realizar una puesta de una obra shakespeareana en formato de radioteatro. Pero así como Paula (Agustina Muñoz) era su novia, en el regreso Ana (María Villar) lo corteja, y Natalia (Romina Paula), que también fue antes su novia, se suma a la melange, junto a Guillermo, Lorena, Jimena y Carla.

Siempre se ha dicho que el cine de Piñeiro (Viola) tiene algo del mundo de Eric Rohmer. Y los enredos románticos están a la orden del día. Aquí el joven cineasta logra combinar diálogos de la obra de Shakespeare con otros originales de sus personajes, y no suenan forzados aunque claramente tampoco suenen realistas. Alguna escena repetida con distintas funciones para narrar el relato, o el plano secuencia con que abre la película (un partido de Fútbol 5, con cámara supina en el que un equipo va quedándose con menos jugadores, y el otro los va a crecentando) cumplirían un mismo objetivo.

Con más suerte en el circuito de los festivales internacionales que en su salida comercial en nuestro país, La princesa de Francia -disfrutable, concisa, entradora- se estrena hoy en la Sala Lugones y el Malba, y en un par de semanas saltará al circuito comercial.

"La princesa de Francia"

Muy buena

Drama. Argentina, 2014. 66’, SAM 13. De Matías Piñeiro. Con Julián Larquier Tellarini, Agustina Muñoz, Romina Paula. Salas: Sala Leopoldo Lugones, MALBA

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Cine

05/08/15

"Mia madre": Queremos mucho a mamá

Crítica: Buena.En esa película que aparece dentro de la película, Moretti aprovecha para reírse un poco de su oficio.

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La directora y el divo. Margherita Buy y John Turturro. FOTO: IMPACTO CINE

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Crítica de cine,

Gaspar Zimerman,

Mia madre,

Nanni Moretti

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Gaspar Zimerman

@gasparzimerman

gzimerman@clarin.com

Como hizo a lo largo de toda su filmografía, Nanni Moretti echó mano de su propia vida para escribir el guión de Mia madre: la enfermedad y muerte de su madre, ocurrida durante el montaje de Habemus Papa (2011), inspiró esta historia sobre una directora de cine que padece la agonía materna mientras lidia con el complicado rodaje de una película protagonizada por una caprichosa figura de Hollywood (John Turturro).

Moretti eligió a Margherita Buy (ya había trabajado con ella en El caimán y Habemus Papa) para encarnar a su alter ego protagónico, esa cineasta también llamada Margherita; para sí mismo se reservó un papel secundario, el del hermano de Margherita. Así, los roles femeninos y masculinos tradicionales están invertidos: mientras ella es una mujer de acción, por momentos tiránica, una negadora que está desbordada emocionalmente, él es más sensible, más sensato, y tiene mayor contacto con lo que le está pasando a su madre y a sí mismo.

La película puede dividirse en dos: las escenas de carácter más dramático y las de tinte cómico. Las primeras son las que reúnen a Margherita, su hermano y su madre, en general en torno a la cama del hospital donde la mamma está internada. Son un buen retrato del desconcierto que produce ver el declive de esa figura central para la mayor parte de las culturas (y no sólo la latina o la judía, como indica el cliché). Pero estas escenas se hacen reiterativas y, a medida que la trama avanza, se acercan peligrosamente al melodrama y la sensiblería, con diálogos que se van haciendo demasiado explicativos.

El contrapeso de este clima pesaroso está en las apariciones de Turturro, tan genial como de costumbre en el papel de ese actor creído y fabulador, al punto que uno desea que el foco de la historia se ponga en el vínculo entre la directora y esa estrella díscola en lugar de la madre. En esa película dentro de la película, Moretti aprovecha para reírse un poco de su oficio.

El puente entre las lágrimas y las sonrisas está construido por situaciones oníricas y flashbacks insertados hábilmente, de modo tal que a veces no queda del todo claro qué ocurrió y qué no. Una buena manera de mostrar hasta qué grado el derrumbe de mamá hace tambalear todo eso a lo que llamamos realidad.

"Mia madre"
Drama. Italia, 2015. 106’, SAM 13. De: Nanni Moretti. Con: Margherita Buy, John Turturro. Salas: Lorca, ArteMultiplex, BAMA