26/02/15
"El patrón...": Carne podrida
Crítica. Buena.Joaquín Furriel es un carnicero que comete un crimen en esta fuerte película basada en una historia real.
Furriel. Y la esclavitud. Le enseñan a vender carne en mal estado. FOTO: DISTRIBUTION COMPANY
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El patrón: Radiografía de un crimen,
por Horacio Bilbao
Nadie puede negar que El Patrón: Radiografía de un crimen, la primera ficción de Sebastián Schindel (Mundo Alas), sea una película interpeladora. Mucho menos cuando sabemos que se basa en una silenciosa y silenciada historia real. Una macabra pero repetida historia de la esclavitud moderna en América latina, el continente más desigual. ¿Hasta dónde es posible explotar a un hombre? Esa pregunta acompasa el derrotero del filme, que no es otro que el de Hermógenes Salvidar, un joven santiagueño que llega a Buenos Aires desde los obrajes de su provincia y consigue un empleo de carnicero bajo las órdenes de un siniestro patrón.
Así empieza el filme, con Hermógenes detenido, a punto de ser condenado a cadena perpetua por un crimen que cometió. La mirada está puesta en la Justicia, en los azares y codicias de un mundo de intereses y formalidades deshumanizados. Y en la injusticia de afuera, por eso Schindel va y viene con sucesivos flashbacks a la miserable historia de este personaje encarnado por Joaquín Furriel en una llamativa transformación física, de oficio y lingüística que lo convierten en este santiagueño apocado y sumiso, caracterización de la que en conjunto sale bien parado.
La mirada está puesta en el criminal aprendizaje de Hermógenes, sumergido en el oscuro negocio de su patrón, su dueño (Luis Ziembrowski), dueño también de varias carnicerías de barrio, un estafador humillante que le enseña las artes de vender carne podrida tras el mostrador. Una historia impactante que podría ser parte de un guión vegano, un submundo descripto con la certera información de un documentalista, Schindel, que espantará a más de uno. Los trucos más viles del carnicero, justo en éste, el país de las vacas.
Pero hay una historia mayor. Las nuevas formas de esclavitud, que pueden ocurrir en una carnicería, en un taller textil, o en el medio del campo. Vieja historia apuntada aquí por protagonistas de fuste. Guillermo Pfening, haciendo de abogado; Germán De Silva, de instructor de carniceros truchos; Mónica Lairana, de esposa de Hermógenes. Es cierto, le faltan matices a estos personajes, que son cien por ciento sumisos, o viles, o comprometidos. Y el desenlace de la historia está, quizá, muy anunciado. Pero son denuncias necesarias, invisibles por repetición. Hablamos de la esclavitud, de la bronca acumulada, no de las carnicerías. Aunque si va a comer un asado, vea El patrón otro día.
El Patrón...
Buena
Drama. Argentina y Venezuela, 2014. 99’, SAM 13. De Sebastián Schindel. Con Joaquín Furriel, Guillermo Pfening. Salas: Abasto, Monumental
26/02/15
"Al cine con amor": Ojos bien abiertos
Crítica. Buena.Además de un tributo al crítico Roger Ebert, las anécdotas cinéfilas no tienen desperdicio.
Roger Ebert. El crítico, cuando estaba en su última rehabilitación. FOTO: ENERGIA ENTUSIASTA
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Al cine con amor no es un documental sobre un crítico de cine fallecido, porque lo que logró Roger Ebert fue, desde la reseña crítica, convertirse en personaje, en celebridad y, para algunos, en referente.
Ebert, luego de ser periodista y editor muy joven, en distintas secciones del Chicago Sun, ya como crítico de cine ayudó a tomar reconocimiento a gente como Martin Scorsese (que coproduce este documental), y saltó a la TV nacional de los EE.UU. con Siskel & Ebert. Gene Siskel era crítico de Chicago Tribune, la competencia de Ebert. A alguien se le ocurrió hacer un programa de TV con ellos dos, que además de popularizar lo de los pulgares arriba (two thumbs up!) Que se usaban hasta el hartazgo en el encabezamientos de las avisos de las películas en los diarios. Ellos parecía, eran el agua y el aceite. Y la gente compraba sus peleas críticas.
Pero la vida de Ebert comenzó a opacarse, nunca apagarse, cuando se enteró de que tenía un cáncer tiroideo. Casado con Chaz, una mujer negra, y que fue su soporte desde su casamiento, a los 50 años, se abrazó a las redes sociales, empezó a escribir un blog, todo porque comenzó a perder el habla y la posibilidad de escribir. Luego, de caminar. Quien escribe compartió codo a codo con él una entrega de los Oscar, en 2000, en la mesa de periodistas acreditados, el año que Todo sobre mi madre se llevó el premio al mejor filme hablado en idioma extranjero.
El documental es más que la adaptación de las memorias de Ebert, Life Itself, porque el director Steve James (a quien también el crítico respaldó en sus inicios) da voz a críticos de cine de la talla de O. A. Scott, Richard Corliss y Jonathan Rosenbaum, y a otros cineastas como Scorsese y Werner Herzog para hablar de él.
Y no es sólo un tributo a Ebert, ya que las anécdotas que se cuentan son realmente jugosas -las hay de todo tipo, e incluyen desde un rompecabezas que Hitchcock le regaló a Marilyn Monroe, hasta las peleas de cartel de Siskel y Ebert, que se decidían lanzado una moneda al aire.
Al cine con amor
Buena
Documental. Estados Unidos, 2014. 120’, SAM 16. De Steve James. Salas: Cinemark Palermo, Village Recoleta, Artemultiplex
26/02/15
"Alma salvaje": Con la mochila a cuestas
Crítica: Buena.Reese Witherspoon sufre, y mucho, antes y durante su caminata por la costa Oeste de los Estados Unidos.
Basada en hechos reales. Witherspoon fue candidata al Oscar. FOTO: FOX
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por Pablo O. Scholz
Hay historias de vida que resultan fáciles o difíciles de creer. Depende de la manera en que son narradas. La de Cheryl Strayed es asombrosa bajo todo punto de vista. Es una historia de redención, de búsqueda de autoestima y tiene algo de locura.
Pocos pueden decidirse a recorrer a pie los más de 1.000 km del Macizo del Pacífico, sin entrenamiento previo, sencillamente para encontrarse a sí mismo y, parece redundante luego de conocer la vida de Cheryl, dar un sentido a la vida.
Reese Witherspoon, no pregunten cómo ni por qué, ha conquistado ser algo así como el compendio del americano medio. Rubia, ha fluctuado en su carrera entre comedias y dramas, y muchos estadounidenses la quieren, la aplauden y le creen, aún cuando se atreva a jugadas riesgosas. Como Alma salvaje, donde redobló la apuesta, porque también la produjo.
Cheryl no la pasaba bien. Engañó a su pareja, su madre falleció y entonces decide cargar la mochila y caminar los kilómetros que sea necesario. Basada en las memorias de Strayed, no es ésta una película del camino, género en el cual no suele importar llegar a destino, sino aprender con todo lo que le va sucediendo hasta llegar allí. No.
Y no, porque a Cheryl le han pasado tantas cosas que las ampollas o la pérdida temprana de un zapato no es algo para remarcar en su vida.
Alma salvaje tiene un guión de Nick Hornby yla propia Cheryl. El libretista de Un gran chico y Alta fidelidad sabe cómo intercalar apuntes de humor en medio de la oscuridad más profunda. Y Witherspoon, ponerle el cuerpo a una mujer que si las pasó mal, en definitiva lo hizo muchas veces a sabiendas. Era su naturaleza, algunos dirán que salvaje.
Seguramente Witherspoon decidió afrontar el papel como intérprete y productora, porque sabía que era, además de fuerte, un vehículo que la tenía a ella sola a bordo, manejando en una carretera llena de obstáculos. Reese es valiente, pero el director Jean-Marc Vallée, el mismo de El club de los desahuciados, parece cómodo con personajes que, en apariencia y más, tienen todo para perder.
Como la madre de Cheryl está Laura Dern, que puede ser sensible y modosa, a kilómetros de distancia de lo que alguna vez hizo con David Lynch. Aquí parece la hija de Elliot en E.T.. Es, también, otro modelo muy estadounidense: la madre que se desvive por sus hijos, recibe castigos de todas partes, pero no pierde la sonrisa.
Si el filme es un triunfo de alguien, es de Witherspoon. A los 38 años, se muestra cada vez más madura, y demuestra que lo logrado en Johnny & June no fue mera cuestión de suerte. Detrás de sus cabellos dorados y su dentadura perfecta hay una actriz de raza, y no de moda.
Alma salvaje
Buena
Drama. EE.UU., 2014. 115’, SAM 16. De Jean-Marc Vallée. Con Reese Witherspoon, Laura Dern. Salas:
Hoyts Abasto, Cinemark Palermo
26/02/15
"Se acabó la épica": Derrotero de un autor
Crítica: Buena.Recupera la mística de Néstor Sánchez, un escritor olvidado cuyo retrato acompaña a sus libros.
Néstor Sánchez. Un autor nómade. FOTO: ARCHIVO CLARIN
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“No tengo nada que ver con ustedes, que son todos unos capitalistas”, les gritó Néstor Sánchez a sus amigos y editores en Barcelona, España. Y no lo vieron más. El testimonio del escritor español Emilio Sánchez Ortiz pinta el desenlace temprano del autor argentino, cuya literatura espejó su vida. El respeto sin concesiones a semejante evidencia es el gran mérito de Se acabó la épica, el documental de Matilde Michanie que recupera del olvido, en sintonía con varias publicaciones recientes, al autor de Nosotros dos, el misterioso Néstor Sánchez que vivió entre 1935 y 2003.
Amigo de Julio Cortázar, fue escritor, traductor, místico y vagabundo. Ese derrotero es el que sigue la documentalista por el mundo geográfico, pero sobre todo por el angustioso mundo interior del autor. Empezando acá, en la Argentina, con su hijo Claudio, su hermano Carlos, su analista en los últimos días, un traductor de Gallimard y la venezolana Teresa Wangeman, última compañera. Entonces Buenos Aires, Caracas, Barcelona, París y Nueva York, donde deambuló hasta quedar exhausto, de donde lo rescató una carta fría enviada a su hijo, que lo buscó por años, y que hoy lo llama maestro y padre. “El abrazo sirve para arrugarse la ropa”, le escribió entonces Néstor, que hace rato usaba distanciarse de todo el mundo.
Deambulaba Néstor, escuchaba voces, bebía copiosamente, y se buscaba siempre. Primero, quizá en su escritura; más tarde, en estos periplos de consciente precariedad. Bailaba el tango y amaba el jazz, y profesaba el Cuarto Camino, la doctrina esotérica de su guía espiritual, George Gurdjieff. Pero cerró los caminos a su literatura, y cuando dejó de escribir, se esfumó. Ocurrió en los setenta, en la mitad de su vida. Lo que siguió fue desgarro, abandono.
El documental de Mechanie lo transmite. Claro que es una historia para determinado público, como su escritura. Están los mojones biográficos, su barrio, familia, la incógnita de su hijita muerta en España apenas cumplido el año, sus libros, los que escribió y los que no; su libertad para cuestionarlo todo, empezando por él mismo. Si fue o no un autor del boom, si fue o no un gran escritor, es otra historia. Zafa del juicio Mechanie, hace suyo el relato, el misterio y la poesía que reclamaba este documental.
Se acabó la épica
Buena
Documental. Argentina 2014, 72’, ATP. De Matilde Michanie. Sala: Gaumont
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